La muerte de dos personas esta semana debido a la variante humana de la enfermedad de las vacas locas "es una secuela dramática de una enfermedad que ya ha muerto, murió para el ganado vacuno en el año 97 y para las personas a partir del 2001, no ha podido pasar ningún material contaminado a la población humana desde entonces", afirmó ayer José Manuel Sánchez Vizcaíno, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid y asesor del Comité Nacional de Alerta Veterinaria.

Sánchez Vizcaíno, que participa estos días en el curso de doctorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria sobre Sanidad Animal que se imparte en el seno del Instituto I+D+i Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria que dirige el catedrático Antonio Fernández, asegura que se puede consumir carne con plena seguridad porque en la actualidad es imposible que haya casos nuevos de infecciones del denominado mal de las vacas locas.

"No pueden existir nuevas infecciones porque no es una enfermedad vírica o bacteriana donde pueda haber brotes, reinfecciones o reactivaciones o animales latentes. Es una enfermedad que tuvo una fuente de contagio única, larga en el tiempo pero única. En el caso del ganado vacuno fueron las harinas contaminadas que hasta el año 97/98 pudieron utilizarse en la alimentación del ganado bovino, y todas las infecciones que vienen son de la época anterior a esa prohibición y retirada de las harinas de Europa, y por tanto la infección ahí acabó".

SEGURIDAD. La imposibilidad de que se den nuevos casos radica, según el catedrático de Sanidad Animal, en el sistema de doble seguridad en la sanidad pública que impera en Europa desde el año 2001, y del cual España cuenta con las medidas más elevadas al respecto, entre las que se encuentra la retirada de todo el material que pudiera ser susceptible de transmitir la enfermedad.

"Se retiraron absolutamente de toda la cadena alimentaria, tanto en animales positivos como en los negativos, y además, a partir de 2001 todos los animales que vienen al matadero son chequeados con los métodos de diagnóstico más eficaces que hay para la detección de los priones patológicos, de tal manera, que nunca una red positiva puede pasar a la cadena alimentaria, y todo el material de riesgo aun de las negativas tampoco se pasa. Es un doble sistema de seguridad que permite decirnos que es una enfermedad muerta", aseguró el experto.

El hecho de que aún aparezcan casos, tanto de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), como de su variante humana denominada de Creutzfeldt Jackob, obedece, según destacó Sánchez Vizcaíno, a que el periodo de incubación de la enfermedad en el ganado vacuno oscila, como mínimo, entre seis y ocho años, y el máximo gira en torno a los 15 años, según demuestra el trabajo ralizado por el equipo de investigación del catedrático de la Universidad Complutense.

"Sabemos que hacia el año 2011, 2012, ya no detectaremos ningún animal en España. En este estudio lo que hicimos fue conocer la probabilidad de que esta enfermedad se detectara incluso mucho después de que se evitaran las nuevas infecciones, y ha valido mucho para que el Ministerio de Agricultura y las personas que trabajan en la lucha y control de esta enfermedad puedan ver cuál va a ser la evolución de la enfermedad y cómo no podemos bajar la guardia todavía en las medidas de seguridad y control porque todavía pueden pasar algunos casos positivos, y eso se debe precisamente al tiempo de incubación tan grande que la enfermedad tiene".

DIAGNÓSTICO. El experto en Sanidad Animal hizo hincapié en que el único problema que ha dejado la enfermedad de las ´vacas locas´ es que no se puede hacer diagnóstico ´in vivo´, "porque esta enfermedad no produce ningún material susceptible de ser detectado con anterioridad al fallecimiento del animal o la persona, de ahí que el diagnóstico se tiene que hacer con la necropsia o con la autopsia".

Sánchez Vizcaíno añadió que si bien el tiempo de incubación hace que personas que tomaron material contaminado en aquella época puedan sufrir ahora la enfermedad, es importante que la población sepa que la susceptibilidad de las personas a la enfermedad es mucho más resistente de lo que se pensó en un principio. "El índice de infección que en un principio se creía que iba a ser muy elevado, realmente no lo ha sido tanto, y eso es importante porque quitando el Reino Unido que es donde más enfermedad ha habido porque estuvo sin control muchos años (170 casos en humanos), en el resto de los países de la UE la cifra no pasa de 30, y en España sólo se han dado tres casos".

Respecto a la aparición de dos casos en la Comunidad de Castilla y León esta semana, el profesor informó de que hay dos factores a tener en cuenta respecto al ganado bovino, y es que en las poblaciones que ha habido más ganado se han dado más casos de EEB, sobre todo en aquellas zonas donde ha habido ganado lechero porque era el que recibía más harina de carne como complemento proteico para la producción de leche. "Galicia y Castilla-León son zonas con más casos que otras, pero, es importante aclarar que eso no significa que esas comunidades tengan más riesgo, porque ese ganado puede haberse distribuido por todos lados", concluyó uno de los expertos en Sanidad Animal con mayor reconocimiento dentro y fuera de España.