Li Fangbing, defensor del activista, explicó que las autoridades impidieron a Hu el pasado día 14, último de los diez de plazo dados por los tribunales, reunirse con sus defensores para firmar los documentos para la apelación.

"Cuando fuimos a verle, nos dijeron que estaba haciendo un examen médico, esperamos tres horas y no pudimos verlo", señaló Li sobre su defendido, que es un enfermo crónico de hepatitis.

Ante la imposibilidad de poder encontrarse directamente con su defendido, los abogados pidieron a las autoridades que le hicieran llegar a Hu los documentos para que éste los firmara, pero se negaron.

Al día siguiente, Li regresó al centro de detención y se encontró con una nueva negativa de las autoridades, que alegaron que ya había terminado el plazo para la apelación.

"En realidad, todavía no sabemos si Hu Jia ha podido o no apelar de algún modo", señaló el abogado, quien ahora va a iniciar trámites para solicitar que Hu, si finalmente cumple su pena de prisión, pueda salir de ella con frecuencia para ir al médico.

Hu Jia estuvo nominado el año pasado al premio Sajarov del Parlamento Europeo junto con su esposa, Zeng Jinyan (24 años), otra conocida activista.

Hu es uno de los activistas que más dispuesto ha estado en los últimos años a conceder entrevistas a medios de comunicación extranjeros en las que criticó abiertamente al Gobierno chino.

Precisamente algunas de esas entrevistas fueron usadas por la acusación para pedir la condena por "incitación a la subversión contra el Estado", un delito que con frecuencia es aplicado a disidentes y presos de conciencia en China.

La condena fue duramente criticada por numerosas organizaciones pro derechos humanos como Amnistía Internacional (AI), Human Rights Watch (HRW) o China Human Rights Defenders (CHRD), que acusaron a Pekín de intentar provocar a la comunidad internacional a meses vista de los JJOO de agosto.