Familiares del sacerdote católico brasileño Aderli de Carli, que desapareció en el mar el pasado domingo cuando intentaba realizar un vuelo elevado por mil globos inflados con helio, contrataron una avioneta particular para reforzar este jueves la búsqueda, cuando la Fuerza Aérea la suspendió.
La aeronave, que este jueves mismo comenzó a sobrevolar una amplia zona marina del litoral norte del estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, a cerca de 50 millas de la costa, fue cedida a un grupo de bomberos voluntarios que colabora en la búsqueda del religioso, informaron este jueves sus familiares.
El avión bimotor de tipo Cessna se sumó a las tareas de rescate precisamente el día en que la Fuerza Aérea Brasileña anunció que suspendía sus operaciones para dar con el cura.
Tras la decisión de la Aeronáutica, las búsquedas en el mar se realizan con la ayuda de dos navíos y un helicóptero de la Marina de Guerra, además de la avioneta particular, en tanto que las labores en tierra las llevan a cabo bomberos de los estados de Paraná y Santa Catarina.
De Carli, que ya había realizado aventuras semejantes, pretendía volar durante veinte horas con la ayuda de un millar de globos inflados con helio para imponer un nuevo récord en esa modalidad.
Su objetivo era realizar un vuelo entre Paranaguá, una ciudad en el litoral del estado de Paraná, y Dourados, un municipio del estado de Mato Grosso y a varios kilómetros al oeste.
Sin embargo, los vientos terminaron arrastrándolo hacia el sudeste, con lo que terminó perdiéndose en alta mar frente al estado de Santa Catarina.
Los equipos de rescate hallaron el martes parte de los globos flotando en el mar, pero ningún rastro del sacerdote, que estaba equipado con un sistema de localización por satélite GPS, que al parecer no supo utilizar, y con un teléfono móvil también con conexión por satélite.
La avioneta alquilada por familiares y amigos del religioso inició este jueves sus vuelos hacia las 9.30 hora local (12.30 GMT) y entre sus ocupantes estaban el comandante de los Bomberos Voluntarios de la ciudad de Penha, Johnny Coelho, y el obispo de Paranaguá, Joao Alves dos Santos.
El religioso, que practicaba deportes de riesgo y había hecho un curso de pilotaje, mantuvo su último contacto con las personas que lo ayudaban en la aventura en la noche del domingo.
De Carli ya había realizado un viaje elevado por globos con helio el 13 de enero pasado, cuando voló durante cuatro horas entre el estado de Paraná y un local en la frontera con Argentina.
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