Este hombre de ademanes tranquilos es hoy en día una referencia mundial en el diagnóstico del cáncer. En tiempos lo fue también en la lucha contra el Sida, una batalla de la que se ha retirado. Hace años, en unas jornadas en San Sebastián, le preguntaron por su opinión acerca de la negativa de la Iglesia al uso del preservativo.

"Que no se los pongan ellos", respondió. Una persona práctica. El mejicano Mario Armando Luna cumple 38 años de trabajo en el Hospital MD Anderson de Houston (EE UU), donde ahora dirige los departamentos de Diagnóstico de Tumores de Cabeza y Cuello, Autopsias y Formación de Residentes. Durante estas fechas se encuentra en Fuerteventura con motivo de la IV Conferencia Atlántica de Patología Molecular, donde ha dejado dicho que "con las técnicas modernas se busca el tratamiento diana, que permite evitar las complicaciones de la quimioterapia antigua, que mata todas las células, incluyendo las normales".

"En estos momentos", agregó Luna, "se está tratando de localizar mejor para matar sólo las células malignas. Lo cierto es que ya existen varios tratamientos de este tipo, pero se está avanzando muy rápido y estoy convencido de que en cinco o seis años habrá más tratamientos diana".

Las jornadas, que arrancaron ayer en el Auditorio de Corralejo, han congregado a destacados especialistas de Hispanoamérica, la Península y Canarias. Al margen del citado Luna, que además ejerce de director junto a Eduardo Blasco-Olaetxea y Jorge García Tamayo, se ha contado con la presencia, entre otros, de ponentes como Maritza Martel, profesora en Yale, o de María S. Soengas, de la Universidad de Michigan, así como altos responsables del Hospital General de México o de la Universidad Central de Venezuela.

En el cónclave también se ha subrayado la importancia de ajustar los tratamientos a cada persona. Existen cánceres similares, pero nunca se dan dos cánceres exactamente iguales. "Cada paciente es distinto uno de otro, y aunque son parecidos hace falta conocer bien las características moleculares para poder darle la clase de tratamiento que merece ese tipo tumoral, porque antes se hacía un poco a boleo", explica Nicolás Díaz Chico, presidente del Instituto Canario de Investigación del Cáncer (ICIC) y de la Asociación Española. De ahí los beneficios que reporta la aplicación de nuevas tecnologías a este campo: "Si tú caracterizas al paciente desde el punto de vista molecular puedes saber a qué tipo de terapia te va a responder".

TECNOLOGÍA. Los avances tecnológicos en varias ramas científicas se antojan herramientas indispensables para dar en la diana a la que se refería el doctor luna. Blasco-Olaetxea apuntó que "en los últimos años la tecnología ha avanzado de una manera espectacular. La incorporación de nuevas ciencias como la biología molecular o la genética ha hecho que los estudios sobre los tejidos se complementen con nuevas técnicas y equipos que provocan que no puedan vivir separados del diagnóstico del cáncer desde el punto de vista histológico, que es lo que la población común llama biopsia".

El mal sigue desbocado, pero la ciencia no cesa de buscar fustas y bridas contra su galope.