El director del Instituto de Enfermedades Tropicales de la Universidad de La Laguna, Basilio Valladares, afirmó hoy en la Universidad de Verano de Adeje que si hubiera evidencias científicas suficientes que contrasten el cambio climático beneficiaría a Canarias, ya que el aumento de las temperaturas impediría que muchos parásitos pudieran criarse en estas tierras.

Basilio Valladares dirige esta semana un curso en la Universidad de Verano de Adeje sobre este tipo de patologías y su relación con los movimientos migratorios, informa un comunicado.

En la sesión de hoy abundó en la posible influencia que ejerce el cambio climático en estas enfermedades, para llegar a cuestionar el conocido calentamiento global de la Tierra, en el sentido de que puede tratarse más de un ciclo meteorológico amplio que de un cambio climático en sí.

Valladares apuntó, además, que si hubiera evidencias científicas suficientes que así lo contrastaran, este cambio del clima beneficiaría a Canarias, ya que el aumento de las temperaturas impediría que muchos parásitos pudieran criarse en estas tierras en las adecuadas condiciones de temperatura y humedad.

Para el experto, la llegada de enfermedades de latitudes tropicales tiene que ver más con los movimientos migratorios y con la acción humana que con el llamado cambio climático.

Y añadió que el movimiento mundial de mercancías también está relacionado con la aparición de algunos parásitos hasta ahora desconocidos.

En cuanto al clima, Valladares apuntó que es sabido que hay un agotamiento del ozono, una clara pérdida de biodiversidad y que hay zonas del planeta que se están desertizando.

También es obvio que si faltan recursos hídricos suficientes esto afectará a la salud humana, especificó, ya que el aumento de las temperaturas provocará -y de hecho ya ha sucedido-, mayores tasas de mortalidad, contaminación atmosférica y algunas enfermedades transmitidas por parásitos y artrópodos.

En cuanto a los movimientos migratorios, negó con rotundidad que los emigrantes llegados a Canarias sufran graves enfermedades de fácil transmisión.

"No es verdad porque en el instituto hacemos los análisis, y lo puedo corroborar", sentenció el investigador, quien añadió que han llegado escasísimos casos de sida y poco más".

Sobre "los casos de tuberculosis que últimamente han aparecido en las islas han sido detectados en población originaria de las islas, y no en personas venidas de otros países", apuntó.

La transmisión de enfermedades puede incluso darse sin la intervención humana, puesto que hay determinados gérmenes aerotransportados, de hecho, "el polvo africano que llega a las islas puede traer en determinadas épocas del año hasta diez trillones de microorganismos".

En cualquier caso, que los grandes movimientos migratorios sean capaces de portar nuevas enfermedades a los lugares de destino no es nada nuevo.

Así, el ponente recordó la peste bubónica de la Edad Media, que los mongoles regaron por toda Europa, o un nuevo tipo de Leishmaniasis que los españoles llevaron a América en los momentos de la conquista.

Por último, el experto agregó que en Canarias hubo fiebre amarilla en 1846, cólera en 1851, dengue entre 1860 y 1880 y malaria en 1890.