La industria de Hollywood, las discográficas, un verano eterno y bonitas playas convirtieron el condado de Los Ángeles en residencia de innumerables celebridades del espectáculo, pero también de los fotógrafos que las persiguen.

Una situación que para un grupo de políticos liderados por el concejal Dennis P. Zine está fuera de control.

El edil convocó ayer una reunión de autoridades de Beverly Hills, Malibu y Hollywood, entre otras que, junto con varios artistas, analizaron las posibles medidas a tomar para acabar con el "libre albedrío" de los cazadores de instantáneas.

"El encuentro fue muy productivo y sirvió para recoger muchas ideas que ahora tenemos que sopesar antes de dar el siguiente paso", explicó Zine en declaraciones a Efe.

"Lo que se ha evidenciado hoy es que existe un problema, ahora hay que ver si la solución está en regular a estos trabajadores, endurecer las normativas... lo que está claro es que los famosos tienen derecho a vivir como las demás personas", señaló el político.

Para Zine los "paparazzis" usan tácticas "implacables" y se han convertido en un peligro para los ciudadanos, una inquietud que comparten muchos famosos.

"Ayer hablé con Sharon Stone y me dijo que estaba preocupada por su seguridad y por la de su familia", afirmó Zine, quien a principios de 2008 ya presentó una propuesta para crear una "zona de seguridad" entre los fotógrafos y sus retratados.

Uno de los artistas presentes en la reunión, el cantautor John Mayer, relató su caso personal y explicó que muchas noches es perseguido por coches sin matrícula que ni siquiera se detienen en los semáforos.

Las quejas de celebridades y vecinos se han multiplicado en los últimos meses.

Esta misma semana la actriz ganadora de un Óscar Halle Berry anunció una demanda contra varios fotógrafos por invadir su propiedad privada para obtener una instantánea de su bebé.

A finales de junio, un grupo de surfistas se enfrentó con varios "paparazzis" en una playa de Malibú, molestos por la presencia de las cámaras que trataban de sacar fotos del actor Matthew McConaughey mientras se bañaba.

Sin duda, una de las protagonistas del asedio "paparazzi" fue este año Britney Spears, cuyo comportamiento errático que terminó con su ingreso en una planta psiquiátrica de un hospital de Los Ángeles convocó masivamente a los fotógrafos.

La policía llegó a escoltar a la cantante para lograr que se trasladase desde su casa al centro médico sin incidentes, lo que tuvo un coste para las arcas municipales.

Las facilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y la proliferación de medios por internet han incrementado la presencia en las calles de estos reporteros expertos en vidas privadas, cuya condición de "freelance" vincula sus ingresos a la cantidad y la calidad de retratos de famosos que consigan.

La alcaldesa de Malibú, Pamela Conley Ulich, reiteró la necesidad de poner límite a esos fotógrafos para lo que ya solicitó en nombre de su ayuntamiento el asesoramiento legal del abogado Kenneth Starr, responsable de la investigación de la aventura amorosa de Bill Clinton y Mónica Lewinsky.

Quien decidió quedarse al margen de esta iniciativa fue el jefe de Policía de Los Ángeles, William J. Bratton, que calificó la reunión de "pérdida de tiempo" y argumentó que las leyes actuales son suficientes para preservar la seguridad de todos los residentes.

Bratton señaló que la actividad de los "paparazzis" había caído después de que Spears empezase a comportarse con normalidad y Paris Hilton se fuese de la ciudad.

Zine, sin embargo, criticó la postura de Bratton y matizó que aunque hay leyes "no están funcionando correctamente".