El llamamiento fue hecho por la asociación en respuesta a la alta demanda de intervenciones quirúrgicas para la reconstrucción del himen, el rejuvenecimiento de la vagina y la ampliación del punto Gräfenberg, una pequeña zona del área genital de las mujeres localizada detrás del hueso púbico y alrededor de la uretra y relacionada con el placer sexual.

Los médicos consideraron que estas operaciones cuando no están relacionadas con problemas anatómicos, son peligrosas, caras y existe el riesgo de que provoquen alteraciones de las sensaciones sexuales, infecciones, cicatrices y desgarros.

Asimismo, la asociación advirtió en un comunicado de que este tipo de cirugía explota, en ocasiones, los complejos de mujeres vulnerables que no entienden que existen un gran número de factores que pueden llegar a alterar el aspecto de los genitales femeninos.

El colegio de médicos añadió que esas intervenciones, que cuestan en Australia y Nueva Zelanda un mínimo de 12.000 dólares (7.700 euros), carecen de una verdadera base científica, son potencialmente dañinas y no pueden remediar el verdadero problema de la mayoría de las pacientes, que, según recomienda, debe ser tratado desde el plano psicológico.