Así lo afirma un estudio de Consumer Eroski, divulgado hoy, que ha analizado dos menús semanales de 211 colegios de 18 provincias.

Se recabó información en 1.100 colegios de Madrid, Barcelona, Asturias, Cantabria, A Coruña, Alicante, Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra, Zaragoza, Valencia, Valladolid, Murcia, Sevilla, Córdoba, Granada y Málaga.

Sólo uno de cada cinco de los contactados (211), remitieron los datos (el 71 por ciento, de titularidad pública; 27 por ciento, concertados y un 2 por ciento privados), lo que ha podido influir en los resultados.

La principal conclusión es que aunque la calidad nutricional de los menús escolares ha mejorado mucho (se han comparado los resultados de este informe con los de uno equivalente publicado en 2004), aún son muchos los que adolecen de carencias.

Por ejemplo, un 10 por ciento no dan pescado -fresco o congelado, pero no precocinado- a los alumnos siquiera una vez a la semana.

En lo positivo, ninguno se excede en la oferta de bollería y dulces, ya que sólo se dispensan a los más pequeños y en ocasiones especiales.

Las mejoras más relevantes de esta evolución han sido la inclusión de más pescado a los menús escolares (el incumplimiento ha pasado del 30% hace cuatro años al 10% actual) y otro tanto con la verdura (se pasa del 36% de 2004 al 17% actual).

También resulta valioso que el 14 por ciento de centros sin legumbre en sus menús registrado hace cuatro años se haya convertido en el 6 por ciento actual.

La mejora en la calidad ha venido, sin embargo, de la mano de un aumento en el precio del menú: de los 3,8 euros diarios de media de 2004 se ha pasado a los 4,9 euros actuales, un aumento del 29 por ciento, el doble del IPC acumulado en este periodo.

Para un millón y medio de menores españoles el centro escolar es su comedor diario de lunes a viernes.

Los requisitos que deben cumplir los menús son los siguientes: uso, al menos una vez por semana, de verdura, hortalizas, legumbre y pescado fresco o congelado no elaborado; limitar los precocinados y dulces a un máximo de dos veces en una misma semana y ofrecer fruta fresca, como mínimo, dos días por semana.

En cifras globales, 32 colegios suspenden la evaluación dietética (un 14% del total) y 143 (el 68%) logran un 'bien' o 'muy bien'.

El resto, 36 colegios (un 17% de los analizados) se queda en un mediocre 'aceptable'.

Si se comparan estas calificaciones con las de 2004, la evolución ha sido positiva. Hace cuatro años, la proporción de colegios con un 'bien' o 'muy bien' en calidad nutricional en sus menús escolares se quedaba en un 41%, mientras que la de suspensos alcanzaba el 23%.