El año pasado, 66 periodistas murieron por ejercer su profesión en el mundo, la mayoría de ellos en Asia, aunque se constata una mejoría con respecto a los 93 asesinados en 2007 y los cien contabilizados en 2006.

Asia se ha convertido con 26 muertos en el continente más peligroso del mundo para ejercer el periodismo y ha sustituido a Oriente Medio como el lugar más letal para la prensa, según el informe anual 2008, difundido en Viena por el Instituto Internacional de la Prensa (IPI).

Lo que permanece sin cambio con respecto a los años anteriores es que Irak es, por sexto año consecutivo, el país más peligroso, con 14 reporteros muertos, aunque esas cifras son sustancialmente mejores que las de 46 periodistas fallecidos en 2007 por ejercer su trabajo.

En segundo lugar de la lista está Pakistán con seis informadores muertos. Otros casos graves son los de la India y Filipinas, donde cinco reporteros murieron en cada país. Además de las muertes, el instituto denuncia las amenazas, ataques físicos y otras formas de presión que contribuyen a que la autocensura se imponga a la libertad de prensa. "Quienes quieren asfixiar la libre expresión y atemorizar a los periodistas para que guarden silencio y se autocensuren tienen éxito por la impunidad", señala en el informe el director del IPI, David Dadge.

"El documento está centrado en Asia, pero los asesinos de periodistas también escapan de los tribunales en democracias como la India", agregó Dadge.