El tiempo universitario suele ser el de unos años en los que las únicas preocupaciones de los estudiantes deberían ser los libros, las clases y las fiestas. Pocas ideas más deberían ocupar la mente de los aspirantes a licenciados. No obstante, lo que debería ser no siempre coincide con lo que es, y en el caso de unos 1.400 universitarios canarios también se ha colado una dificultad añadida: el dinero.

Cuatro de estos estudiantes canarios, que han sufrido lo inenarrable durante un año esperando la llegada de una beca que aún no ha hecho acto de presencia, opinan que la situación no cambiará en breve. Desde el Gobierno de Canarias, afirma la madre de D. M. G., estudiante de Psicología en Madrid, "han dicho que la van a pagar el 15 de agosto" pero Nabil León prefiere no hacerse ilusiones.

Estudiante de Historia y de Filología Árabe en Granada comenta que "desde abril comienzas a hacer planes para devolver el dinero que te han prestado mientras subsistes como puedes desde casa", comenta. "Todo esto crea inestabilidad. Sin ordenador, invirtiendo el poco dinero que tienes en comprarte libros y fotocopias, no puedes salir porque no sabes si necesitarás el dinero para otra cosa al día siguiente", añade.

Daniel Umpierre, estudiante de Ingeniería de Obras Públicas en la ULPGC, lo ha pasado algo mejor que Nabil. "Al estar en casa todo es más fácil, pero me he tenido que buscar la vida como freganchín, camarero o lo que saliese". Ana Betancort, por ejemplo, es de Lanzarote y estudia Derecho en Gran Canaria. Para ella, lo peor ha sido "no poder hacer bien lo que tenía que hacer, es decir, estudiar, y no poder disfrutar durante el curso".

En el fondo, como afirma D. M. G, el problema lo han tenido los que estudian fuera: "Con la situación en casa lo pasas muy mal, aunque te consuela pensar que es el deber de tus padres para recibir una educación".