Se inició en el Atlético (uno de los cinco clubes que darían lugar a la UD Las Palmas en 1949). Estaba a punto de fichar por el RC Victoria cuando a los 18 años se trasladó a la Península con un contrato profesional con el Madrid FC, aunque antes pasó por el filial Castilla. Igual que la música de su abuelo Benardino Valle Chinestra (1849-1928), director de la Orquesta Filarmónica (1879) y amigo del compositor Camilo Saint Saëns, estuvo siempre en el salón familiar, otro tanto de lo mismo ocurrió con la política: su padre, Bernardino Valle Gracia, alcalde capitalino de 1917 a 1920, lograba un escaño en las elecciones a Cortes Constituyentes del 28 de junio de 1931. Se presentó por los republicanos federales y salió con Rafael Guerra del Río (de los radicales), Franchy Roca (de su misma formación) y Juan Negrín (por los socialistas), entre otros. La familia no tuvo más remedio que irse a vivir a la capital de España en la nueva etapa.

Pilar Valle, una de sus hijas, muestra un recorte de prensa del 6 de enero de 1933. Un cronista deportivo narra en primera persona su búsqueda del medio centro del Madrid entre los cafés Anako y Granja, frecuentados por el gremio futbolístico. Sigue el comentarista su relato: "Hilario, que nos ha venido a saludar y traía en su andar un aire bastante europeizado, pero con un acento de muerte andaluz, nos dice: '¿Ha vizto usted a Valle? Valle no zale de la Rezidencia de Eztudiantes". Luis y su hermano Joaquín, futuro abogado, eran otros dos residenciados, recién llegados a Madrid con el desembarco de su padre en la política nacional parlamentaria.

La reseña deportiva subraya su trayectoria. Actuó tres temporadas de blanco, de 1933 a 1935. Logró un título de Liga en 1933 y otro de Copa en 1934. Disputó un partido internacional con la selección española absoluta. Fue en el Estadio Nacional de Belgrado (amistoso, 30 de abril de 1933) contra Yugoslavia (1-1). Pilar Valle recuerda que los ingresos de su padre sirvieron, en parte, para pagar los estudios de su hermano Joaquín (abogado) y Ricardo (ingeniero aeronáutico). La guerra civil sorprende a Luis Valle en cuarto año de la carrera de Medicina, una anécdota frente al drama de una familia que tiene que salir en estampida hacia el exilio dada la significación política del doctor Bernardino Valle Gracia.

El destino es Francia. Allí juega en el Racing de París y en el Niza, donde coincide con uno de sus grandes amigos de la etapa española, el mítico Ricardo Zamora. "Mi padre era muy despierto para obtener recursos, por lo que también se dedica a dar clases de español y a otro menester que, al saberlo, me dejó perpleja: hace zapatos. Nadie sabe cómo aprendió el oficio, pero hasta el mismo día que conoció a mi madre llevaba unos hechos por él", afirma Pilar Valle. La incógnita se hace mayor cuando con el tiempo el futbolista y futuro doctor se casa con una de las propietarias de Quesada, una afamada firma especializada en la venta de calzados.

Nada menos que 12 años duraría el exilio de los Valle en Francia. En 1949, al volver a España, es detenido y acusado de desertor por incumplir con el servicio militar. La otra acusación es la de masón, una confesión por la que nunca se interesó Luis Valle, aunque venía a ser uno de los clásicos del franquismo a la hora de culpar. El ex jugador del Niza y del Madrid es internado en un calabozo, pero recibe la ayuda de un familiar muy influyente que pertenece al Régimen y obtiene una libertad vigilada. Reanuda los estudios de Medicina y se plantea la posibilidad de establecerse en Madrid. Finalmente vuelve a Gran Canaria, donde abre consulta.

"Yo creo que va a ser su amigo Manuel Aguiar Márquez, médico como él, quien lo recupera para el fútbol", afirma Pilar Valle. Su reincorporación al deporte, tras el exilio de 12 años, tiene aroma épico: el doctor Luis Valle retorna como entrenador de la UD y logra (dos años después de la creación del equipo) la gesta en 1951 de su primer ascenso. El cronista deportivo da la fecha exacta: 8 de julio, con un vibrante triunfo 4-1 sobre el Málaga. El Estadio Insular se vino abajo con la victoria del equipo local.

La crónica ensalza "al prototipo de un medio entregando balones rápidos, con una técnica admirable". Así jugaba el que con toda probabilidad era el único futbolista de la Residencia.

Serie

La entrega de mañana está de-dicada al artista de Tacoronte Álvaro Fariña.