El Gobierno español ordenó un apagón informativo en torno a la ampliación de hasta 220.000 km2 de las fronteras submarinas de España al oeste de Canarias, según reveló el diario Público esta semana.

Dicha información indica que en pleno acoso marroquí a la ciudad de Melilla, en agosto de 2010, el buque Hespérides zarpó para estudiar el fondo marino de la región y justificar la ampliación de la soberanía española ante la ONU. Ante la tensión política de los últimos acontecimientos, parece que el Gobierno del Estado tomó la decisión de no difundir la existencia de la campaña científica "para no irritar a Marruecos", según fuentes de la expedición consultadas por Público.

La información sitúa las claves del problema, por un lado, en una reivindicación de Rabat sobre la extensión de sus fronteras submarinas en la costa del Sahara Occidental, "un territorio ocupado por Marruecos, aunque la ONU no reconoce la soberanía marroquí"; y por otro, en que ambos países mantienen una disputa por las aguas entre Lanzarote y Fuerteventura y la costa de Marruecos, donde hay yacimientos de petróleo que hoy en día no pertenecen a nadie. "La superficie reclamada por el Gobierno de Mohamed VI llega hasta 20 kilómetros de la costa de Lanzarote. Pero al oeste de Canarias no hay ningún tipo de conflicto, porque son aguas internacionales. Fue un error suspender la información. No somos piratas que vamos a ampliar las fronteras por la noche, es una investigación transparente", reconocen las citadas fuentes de la campaña.

La presentación de los primeros trabajos de investigación estaba prevista para el 17 de agosto, un día antes de la polémica visita del ex presidente José María Aznar a la frontera de Melilla, calificada por el ministro de Fomento, José Blanco, como "una muestra de deslealtad al Gobierno de España". Durante los días anteriores, grupos marroquíes organizados habían bloqueado el paso fronterizo de Beni-Enzar, provocando el desabastecimiento de mercados de Melilla. Los activistas justificaron las protestas por supuestas agresiones de la policía española a ciudadanos marroquíes. El Gobierno reaccionó escondiendo la campaña científica ante la "perplejidad" de los participantes, que calificaron la decisión de "absurda".

La expedición investigó durante agosto una región inexplorada de los fondos marinos canarios, a unos 5.000 metros de profundidad, para intentar demostrar que, geológicamente, el territorio de las islas se extiende más allá de las actuales 200 millas náuticas bajo soberanía española.