La Policía Local ha multado a un restaurante de Valencia que se ha declarado "insumiso" a la ley antitabaco y que, permitiendo fumar a sus clientes, ha recuperado, según dicen, parte de la clientela que había perdido desde que entró en vigor la normativa el pasado 2 de enero.

Así lo ha confirmado hoy el propietario del bar-restaurante Rodrigo, Rodrigo Arroyo, quien se ha quejado de que "además" esta mañana han acudido a su local dos inspectores de la Conselleria de Sanidad y han levantado acta de que se permite fumar a los clientes.

Arroyo ha señalado que desconoce el montante de la multa porque "en el papel no pone nada", y que la policía ha multado también a dos clientes que se encontraban fumando en su bar.

"En el papel no pone cantidad de dinero pero dice que me multan por dejar fumar, y a los clientes por fumar", ha indicado al tiempo que ha indicado que no sabe si la Policía acudió a su local "por casualidad" o si "algún vecino" ha podido alertar a la patrulla.

Según ha afirmado, los inspectores de Sanidad le han avisado de que, si no ceja en su actitud, la sanción económica puede ser "importante". "Me han amenazado diciendo que, si no quito los carteles en los que anuncio que dejo fumar en mi local, esto puede costarme hasta 6.000 euros por día", ha declarado.

No obstante, ha insistido en que, a pesar de lo sucedido, va a seguir permitiendo fumar en su establecimiento en contra de una ley que no le parece "correcta en una sociedad donde se apela a la democracia".

Según ha detallado, alrededor de las 18.00 horas de ayer una patrulla de la Policía Local de Valencia apareció en su bar, situado en la calle Ceramista Ros, en el barrio de Tres Forques de Valencia. Tras comprobar que en el local, en el que se encontraban "alrededor de treinta personas", se fumaba, los policías "comenzaron a multar".

Arroyo decidió declararse ayer "insumiso" a la ley antitabaco al considerarla "inoportuna en unos momentos de crisis económica como los actuales". Su objeción se sumaba a la de, al menos, otros dos establecimientos de España, uno en Castellón y otro en Málaga.

Según se ha justificado, su establecimiento había perdido el 60% de su clientela habitual desde que entró en vigor la ley antitabaco y, para superar esta pérdida de ingresos, decidió poner un cartel permitiendo fumar a los clientes.

Rodrigo ha asegurado que hace un par de años destinó 35.000 euros en la reforma del local para habilitar una zona para fumadores, mediante la apertura de una nueva puerta e instalación de extractores, una inversión que, según asegura, "no ha servido para nada".

Considera que la ley "no está bien puesta" por la situación de crisis económica que vive el país, y que el Gobierno "tendría que haber esperado al menos dos años, cuando ya se hubiera recuperado, para ponerla en marcha".

En ese sentido, ha animado a los dueños de otros locales a declarase también insumisos a esta normativa, y ha asegurado que, desde que él lo ha hecho, la clientela ha aumentado. "Ahora vienen, fuman, toman copas y hacen tertulias", lo que supone "hacer mejor caja", ha afirmado.