El mar sigue siendo una fuente inagotable de recursos. Expertos en hidrología han abierto una vía para propagar las ventajas del agua salada para el organismo, siguiendo siempre unas pautas. El Instituto de Hidrología y Climatología Médicas de Canarias presentó anoche en Firgas junto a la Fundación Aqua Maris el libro en formato bolsillo Cómo beber agua de mar, con sencillas explicaciones en las que responde a todas las dudas sobre esta práctica, que ya era conocida en la antigua Grecia.

"El mar lava todo los males del hombre". Este viejo dicho es un reflejo de las muchas propiedades del agua salada, que es una base saludable de la que Canarias cuenta con una fuente ilimitada.

El agua marina, en su forma natural, es "una pócima mágica para obtener la mejor agua mineral", según el catedrático de Farmacología y profesor de Hidrología y Climatología de las universidades de Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna, Eduardo Navarro.

Las propiedades son muchas. Entre ellas, es beneficiosa para la acidez de estómago, es un nutriente celular, un reconstituyente, calma el apetito y regula el peso, se emplea para desinfectar infecciones en la boca, como dentífrico, cicatrizador de heridas en la boca, laxante y es el mejor purgante.

Experiencia en el fútbol

Eduardo Navarro aconseja el consumo de, al menos, un vaso diario, aunque siempre dependiendo de las cualidades de cada individuo y sus posibles limitaciones físicas. Precisamente, para responder a estas muchas dudas se ha elaborado este libro de la mano de Mariano Arnal, gerente de la Fundación Aqua Maris, de Badalona. "Los beneficios que ofrece el agua de mar son muchos. Y, como ejemplo, se ha incorporado a la medicina del deporte con el equipo de fútbol del Hércules", según Arnal, que habla también de que los árabes inyectan en vena agua salada a los caballos un día antes de una competición para estimular al animal.

El profesor universitario propone coger agua a un metro de profundidad, como mínimo, y consumirla en casa con moderación y cautela. En un primer momento hay que comprobar la tolerancia del organismo humano. "Ocurre que, al igual que con los antibióticos, a algunos les sienta mal". Por ello, el libro habla de comenzar con un chupito para los que se inician, y contar con la opinión de expertos para evitar excesos que puedan ser perjudiciales.