La consulta del Gobierno canario a los expertos del Informe PISA (que realiza la OCDE) para que analicen los resultados escolares de las Islas y propongan nuevas medidas que mejoren el rendimiento académico obtuvo ayer respaldo casi generalizado en el sector educativo, pese a que se considera también mayoritariamente que sobre el rendimiento escolar en la comunidad canaria hay suficiencia de estudios e informes que alumbran por dónde tienen que ir las acciones correctoras.

Agentes educativos que representan al sector del profesorado, la Universidad y los centros públicos de enseñanza obligatoria coinciden, no obstante, en que las acciones deben acometerse con urgencia, aumentarse los presupuestos destinados a educación y, en su- ma, implicar a las familias y a la sociedad canaria en la mis-ma dirección de impulsar el rendimiento.

"Nos congratulamos de esta decisión", señaló ayer Fernando Pellicer, representante del sin-dicato STEC, mayoritario en la enseñanza pública en las Islas. "Al parecer, el alumnado de Canarias ha superado una enfermedad que parecía endémica: no era evaluable según los parámetros que se venían utili-zando para el resto del alumnado europeo que participaba en el Informe PISA. Eso al menos fue lo que dijo hace tres años la consejera de Educación, Milagros Luis Brito, cuando rechazó que la comunidad autónoma encargarse un informe específico, como otras comunidades".

Con todo, el representante sindical no oculta que el nuevo informe encargado por el Gobierno "probablemente venga a poner de manifiesto una vez más lo que ya sabemos" porque "Canarias y el Gobierno cuentan con suficientes informes y diagnósticos en los que se evidencian cuáles son los problemas. Y, entre ellos, la bajísima inversión es un parámetro esencial sobre el que basculan todas las deficiencias del sistema".

En esa línea de suficiencia de diagnósticos, abunda Marino Alduán, decano de la Facultad de Formación del profesorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). "Tenemos el análisis del Consejo Escolar de Canarias de que otra educación es posible, los pronunciamientos de las dos universidades canarias, los estudios del Instituto Canario de Evaluación y los de la Inspección educativa". A juicio del decano, "lo que necesitamos es cortar la hemorragia. Es tiempo de acción y no de debates. Me extraña que esto se haga justo cuando le quedan tres meses en el Gobierno a Paulino Rivero".

Para Alduán, las "cuatro recetas" que precisa la educación canaria están claras: "Necesita recursos; talante y liderazgo, trabajar sobre las causas del fracaso y compromiso con los ayuntamientos y la sociedad en general".

A esa necesidad de compromiso también se refiere José Regidor, rector de la ULPGC. "Este tiene que ser un compromiso general que significa sacrificio y esfuerzo económico. En los momentos que estamos viviendo siempre he defendido que en la educación se tiene que invertir aún más".

Y dónde proveer recursos y qué medidas aplicar se sabe desde hace mucho tiempo en Canarias. Según Luis Balbuena, catedrático de Matemáticas retirado, la consulta a la OCDE "es acertada. Espero que este experto le indique a la Consejería lo que en distintos foros se le viene diciendo. Que es necesario tomar una serie de medidas, algunas de ellas muy fuertes pero necesarias. Hay que introducir nuevas metodologías y modificar esa política de repetición de curso con refuerzo escolar. El profesorado suspende pero no pone o quita recursos".