- ¿Qué particularidades tiene su Villa Trencadiz con la que le han concedido este premio?

- Es un diseño en donde resultan fundamentales el paisaje, la luz, el Mediterráneo, y artistas locales como Gaudí o Picasso. He convertido muchísimos usos que estaban como piezas de museo en espacios habitables. Trencadiz es la técnica que utilizaba Gaudí para romper los azulejos y crear mosaicos con texturas diferentes. Fue un recurso que utilicé para los exteriores, como la piscina que, al estar hecha con esta técnica, le dio nombre a la villa.

- ¿Es muy diferente a lo que suelen ver los británicos?

- En cuanto al sector residencial, en el Reino Unido se suele dividir el diseño en una rama comercial y otra residencial. Ellos tienen diseños completamente distintos a los españoles. Con Villa Trencadiz presento un diseño muy ecléctico, que muestra mucha diversidad de estilo. Siempre he dicho que en España tenemos un fuerte contraste entre luz y sombra, por la cantidad de sol que tenemos durante el día, y en los diseños que he buscado, siempre busco puntos de contraste con mucho color, y eso quizás es lo que se ha podido ver como novedad.

- El aspecto de la sostenibilidad ha sido muy importante.

- Se ha tratado de reutilizar toda fuente natural en todo momento; sostenible y materiales reciclados como materas, piedra local y vidrios han sido usados conjuntamente con iluminación LED de bajo consumo para reducir las emisiones de CO2 de la villa. Yo creo que España está de moda. Oímos muchas noticias de españoles destacando en muchas disciplinas, con lo cual estamos en un buen momento en todas las categorías.

- ¿Cree que usted ha tenido que salir de Canarias para que se reconozca bien su trabajo?

- Yo estuve viviendo ocho años en Madrid, y fue una buena experiencia con repercusión, pero en el extranjero tienes que luchar muchísimo. Aun así, creo que el mayor entrenamiento como diseñador es tu propia vida. Haber nacido en Canarias y vivir al aire libre me ha permitido hacer los diseños que tanto han gustado a los ingleses, y al jurado en particular.

- Un paso importante en su carrera fue entrar en el estudio de Tomás Alía.

- Fue mi primer trabajo. Yo estaba estudiando en el Instituto de Diseño de Madrid. A él le gustó cómo pensaba y dejé la Escuela para trabajar en su estudio. Fue un golpe de suerte, porque fue un gran entrenamiento y desarrollé distintos proyectos clave en mi trayectoria como el restaurante Azabache o las suites orgánicas del hotel Óscar. Tomás Alía tiene trabajos muy importantes en Gran Canaria como el hotel Baobab.

- ¿Cómo definiría su estilo?

- Mi estilo suele variar con los años, buscando cosas que gusten, pero hay un hilo conductor basado en la luz. De cualquier forma, para mí, lo más importante siempre ha sido que el plano y la funcionalidad del proyecto estén bien hechos. Eso es lo importante, porque el tema de maquillar o embellecer es sólo buscar un poco de gusto.