El Instituto Geográfico Nacional (IGN) no puede determinar con certeza la localización exacta de la posible erupción volcánica que mantiene a la isla de El Hierro en alerta amarilla desde el pasado viernes. Según manifestó la responsable del Sistema de Vigilancia Volcánica de la organización, Carmen López, "la actividad es más compatible con una intrusión al noroeste de la Isla, pero en su evolución hacia la superficie puede variar". Asimismo, advierte que las probabilidades de que se produzca siguen siendo mínimas, sin bien en caso de suceder sería "poco explosiva y con un radio de afectación pequeño".

Estos fenómenos sísmicos, explica la experta, son consecuencia de una intromisión de magma por debajo de la Isla, a unos 10 o 14 metros de profundidad, que "al presionar crean una microfractura del material cercano, que en este caso serían los sismos". Desde el 19 de julio se han contabilizado más de 8.000 sismos pequeños, que los expertos denominan "sismos instrumentales", de los que, según López, "sólo ocho fueron sentidos por la población". La información que reciben en el IGN sobre la sismicidad en la zona se actualiza automáticamente cada 15 minutos y les posibilita mantener informada a la población.

López subrayó además, que en caso de producirse la explosión, podría ser una "erupción basáltica que podría ocurrir en la costa o en tierra", o freatomagmática -interacción entre el agua y el magma- si se produjera en el mar. Resaltó también, que la situación es de normalidad, y que el semáforo es amarillo para que los ciudadanos "estén informados de cómo se debe actuar" en caso de que El Hierro erupcione sin avisar.

La responsable del ING explicó que existe un plan de emergencia activo y ya se están tomando todas las medidas necesarias para velar por la seguridad de la población. El Instituto anunció, además, que los herreños deben estar atentos a la información que dan el Gobierno de Canarias y el Cabildo de la Isla. La primera medida que se tomó fue ofrecer unas jornadas de educación donde se explicó qué ocurría y qué medidas tácticas debían seguir, como tener la documentación siempre a mano; conocer los puntos de encuentro habilitados y conocer qué dictan los órganos responsables.