El magma que ha subido desde las profundidades de la tierra y que toca a las puertas de El Hierro eleva su presión, lo cual explica el aumento de la actividad sísmica desde el día de ayer. Según explicó ayer a este diario en la localidad herreña de San Andrés Rafael Abella, técnico del Departamento de Vulcanología Instituto Geográfico Nacional (IGN). este hecho se debe a que continúa el aporte de magma desde las entrañas de la tierra, lo cual se traduce en una mayor presión sobre la plataforma herreña.

En realidad, la bolsa de magma, que fluctúa bajo El Hierro a una profundidad que oscila entre los diez y los catorce kilómetros, se ha movido de una manera sigilosa pero obstinada desde la irrupción de los primeros temblores en el mes de julio. Sus primeros intentos por aflorar a la superficie y dar por tanto lugar a una erupción volcánica en toda regla tuvieron lugar preferentemente en la zona de El Golfo. Al no encontrar ninguna vía de acceso a la superficie en ese lugar y carecer de presión suficiente para romper las barreras que se interponían en su camino, reptó bajo el grueso de El Hierro y ahora sus intentos se concentran en El Julán, muy cerca de donde se encuentran los famosos letreros aborígenes.

Síntomas

Los acontecimientos que están teniendo lugar evidencian sin lugar a dudas, según los científicos consultados del IGN, que el aumento de la presión del magma es indiscutible. La red de señalizadores por satélite ha confirmado deformaciones del terreno que han alcanzado hasta los cuatro centímetros en algunos puntos, algo que "resulta significativo", según Abello. El Hierro contaba hasta la fecha con un total de siete sismógrafos a los que se han sumado otros dos traídos para tan señalada ocasión por parte del equipo del IGN desplazado hasta la isla del meridiano. También trabajan con gravímetros, otros sensores para seguir el rastro de la serpiente de fuego.