La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, explicó ayer que la expedición científica realizada ayer sobre las aguas que rodean La Restinga recogió muestras de agua que serán de gran utilidad a la hora de continuar con las investigaciones sobre el fenómeno eruptivo que se desarrolla bajo el manto oceánico cercano al litoral herreño. Además, tanto ella como otra de las científicas del IGN, Carmen Blanco, indicaron ayer en Valverde que no es descartable que se produzca la apertura de nuevas bocas bajo el mar, todas ellas dentro del mismo proceso eruptivo.

Agregó que es la primera vez que se monitoriza una erupción volcánica en las Islas y subrayó que aunque se pueda tener la experiencia científica de otras erupciones, el comportamiento de cada volcán es diferente. Lo seguro es que los científicos establecen turnos de ocho horas para no perderse un minuto de lo que sucede. La única teoría cierta, indicó, es que hay una fisura abierta en el fondo marino que expulsa magma, y respecto al otro posible foco eruptivo, y por el que ha sido desalojada la población de La Restinga, explicó que es difícil saber a qué distancia y profundidad de la costa se encuentra, aunque sí que es en el entorno de La Restinga.

Según relató esta portavoz del IGN, el fenómeno sísmico que se ha registrado en la isla desde julio ha producido un mecanismo compresivo en el eje norte-sur y es en este eje tectónico en el que se abrió una fisura tras el terremoto de 4,3 grados en la escala Richter registrado el pasado sábado.

Esta especialista no descartó que esa fisura alcance tierra, aunque subrayó que en ese caso se observarían otros parámetros, además de una intensificación del tremor. Señaló que un proceso volcánico fisural puede mantener activos varios puntos eruptivos de forma simultánea. Así, desde la fisura inicial se ha podido pasar a varios puntos eruptivos que son los que han hecho que se intensifique la amplitud.