Conocida desde la antigüedad como la "enfermedad de reyes" por su arraigo en las clases altas asociado a la opulencia en la mesa, la gota no sólo no ha desaparecido en el siglo XXI, sino que está experimentado un incremento de casos debido a la mala alimentación, el sobrepeso y la falta de ejercicio. Uno de cada diez hombres, principalmente a partir de los 60 años, sufre la enfermedad.

Así lo afirmó ayer el especialista Juan García Puig en el XXXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y XIV Congreso de la Sociedad Canaria de Medicina Interna, que se celebra en el palacio de congresos ExpoMeloneras, en Maspalomas.

"La gota es una enfermedad metabólica cuya incidencia está aumentando debido a que los estilos de vida favorecen la aparición del síndrome metabólico, un conjunto de circunstancias patológicas en las que se asocian hipertensión, elevación de glucosa, triglicéridos y, sobre todo, sobrepeso y obesidad", indicó el internista durante su intervención titulada La gota: un manejo innovador para una patología de siempre. "Afecta fundamentalmente a los hombres, en una proporción de diez a uno, y mayoritariamente a partir de los 60 años. En las mujeres los casos son mínimos y la mayoría de ellos aparecen después de la menopausia", añadió.

El doctor García Puig señaló que existe una estrecha relación entre la gota, una de las formas de artritis más dolorosas, y el perímetro abdominal. "Hemos visto a través de estudios una correlación significativa entre el perímetro abdominal y el nivel de ácido úrico en sangre. De forma que las personas que tienen más cintura tienen un mayor nivel de ácido úrico en sangre, y la gota se produce por cristales de ácido úrico que se forman por encima de los siete miligramos por cada cien centímetros cúbicos de sangre".

Diagnóstico

Una de las características de esta dolencia reumática que se origina por un exceso de ácido úrico en el organismo es su aparición tardía. "Cuando una persona empieza a engordar sube el ácido úrico, pero la gota solo aparece diez o quince años después. Hemos hecho un estudio de personas que llevaban dos años con ácido úrico y vimos que cerca de un 30 % tenían depósitos de acido úrico en los tendones y no estaban diagnosticados. Hoy en día la ecografía es un instrumento útil para desvelar a muchos pacientes que la padecen".

El doctor García Puig apuntó que los enfermos de gota tienen una prevalencia de patologías cardiovasculares mucho mayor que la población general, "de forma que la gota es como la punta del iceberg y las enfermedades cardiovasculares vienen a ser lo que hay debajo, porque la enfermedad cardiovascular se da entre el 60 y 80 % de los enfermos gotosos".

Respecto al tratamiento, el médico de la SEMI anunció que al tratamiento tradicional, el alopurinol, un inhibidor de una encima que bloquea la síntesis de acido úrico, se ha sumado desde hace unos meses en España un nuevo medicamento denominado febuxostat que inhibe también la enzima xantina oxidasa. "Esto se traduce en menos efectos secundarios que el alopurinol, sobre todo en enfermos de insuficiencia renal. Es muy frecuente que los enfermos con gota lleguen a tener insuficiencia renal, de forma que está más indicado en ciertos pacientes".