Un cielo encapotado y amenazando lluvia, con claros de sol en el horizonte, despidió a Desiderio Padilla, el hombre del tiempo de la isla de Gran Canaria durante más de medio siglo. Familiares y amigos le dieron ayer el último adiós en el cementerio del Puerto y recordaron la apasionante vida del meteorólogo, un pionero en la predicción y experto en las singularidades del clima del Archipiélago. Varias generaciones de isleños disfrutaron de sus explicaciones en los numerosos medios de comunicación en los que colaboró.

Desiderio Padilla Torres falleció el pasado sábado, a los 86 años, tras una larga enfermedad que le tuvo alejado de las predicciones en los últimos meses de su vida. Hasta entonces fue el meteorólogo más consultado por los grancanarios, desde instituciones públicas como el Cabildo o los ayuntamientos hasta los anónimos agricultores que seguían sus indicaciones para plantar la cosecha o ahorrarse un riego.

Su hijo Jesús Padilla resaltó ayer la coincidencia de su muerte con la celebración del Womad, pues a él acudieron sus organizadores del festival en el lejano 1993 para que hiciera la predicción del tiempo y de las mareas en aquella primera edición de la playa de Las Canteras. "Mi padre era un apasionado de todo lo relacionado con la meteorología y lo hacía todo de forma altruista", comentó.

Desiderio Padilla llegó a la profesión a través del Ejército del Aire, del que formó parte en la escala auxiliar de Meteorología. Estuvo años destinado en el Sahara Occidental, una experiencia que le sirvió posteriormente para estudiar la influencia del siroco sahariano en enfermedades pulmonares como el asma.

Lluvia artificial

Sin embargo, su principal contribución a la ciencia y a la meteorología del Archipiélago fueron sus ensayos con la denominada lluvia artificial. A principios de los años setenta del pasado siglo, tras dos décadas de permanente sequía en Gran Canaria, realizó varios experimentos con el científico norteamericano Albert Schnell. El proyecto consistía en provocar la lluvia mediante la siembra química de las nubes que atravesaban la isla.

"Una vez, tras viajar en avioneta desde Tenerife a Gran Canaria para bombardear un frente nuboso que se acercaba a la isla, me confesó que quizás se les había ido la mano con la siembra; lo cierto es que en los días siguientes llovió como nunca habíamos visto en los anteriores 20 años", rememoró el hijo tras la sepultura.

El mérito de Desiderio Padilla fue predecir el tiempo en Canarias con los rudimentarios medios tecnológicos de entonces, pues no había satélites ni los actuales instrumentos automáticos de medición. Su ciencia se acompañaba de la observación visual y de las recopilaciones estadísticas de los fenómenos meteorológicos, que le orientaban a la hora de anunciar el tiempo en emisoras como Radio Atlántico o Radio Las Palmas, que eran masivamente seguidas por los agricultores de la isla.

Al conocer su fallecimiento, en los foros meteorológicos se ha resaltado estos días lo que podría habría hecho Desiderio Padilla si en aquella época hubiese contado con los aparatos de que disponen hoy los técnicos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). No obstante, los actuales hombres y mujeres del tiempo le consideraban un maestro de maestros y le brindaron numerosos reconocimientos públicos por su colaboración desinteresada.