La Sociedad Española de Neurología (SEN) es una institución en la que María del Pino Reyes asumirá las responsabilidades de concienciación y divulgación de las llamadas enfermedades neurológicas que, pese a que tienen una gran prevalencia, son poco conocidas por la sociedad.

- Acaba de ser nombrada vocal del Área Social de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Neurología (SEN). ¿Qué funciones desempeñará ahora?

- La principal finalidad es concienciar y divulgar las enfermedades neurológicas desde el Patronato de la Fundación del Cerebro, creada por la SEN para este fin. Son patologías desconocidas por la gente que tampoco sabe las enfermedades que un neurólogo trata. Ni siquiera saben la diferencia entre un neurólogo y un psiquiatra. Hace unos años se hizo un estudio que confirmaba este desconocimiento, por eso la SEN inició una serie de programas de prevención e información de ciertas enfermedades, como el ictus, dirigidas especialmente a pacientes y familiares. La principal institución de la Neurología en España trabaja desde hace años para la mejora del bienestar de los pacientes y de sus familiares.

- ¿Tiene algo que ver en esta falta de información el hecho de que algunas de estas enfermedades no tengan gran prevalencia en la sociedad?

- Estamos hablando de demencia, parkinson, esclerosis múltiple, epilepsia, ictus... Son enfermedades muy prevalentes, lo que pasa es que son conocidas para los pacientes y sus familiares, pero no para el resto de la sociedad. La idea es mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares. Hay que tener en cuenta que un padecimiento neurológico es por ejemplo la migraña que afecta a un gran porcentaje de la población. O el ictus, que es una de las enfermedades más discapacitantes en los mayores, mientras que la Esclerosis Múltiple es en los jóvenes. Son pocos conocidas, pero muy discapacitantes, es decir, producen muchos problemas sociosanitarios.

- Además usted es la responsable de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Insular. ¿Cómo ha evolucionado en sus dos décadas de existencia la asistencia al paciente? ¿Cuál es la prevalencia en Canarias de esta enfermedad?

- Sólo con crear una consulta monográfica ya se mejoró mucho la asistencia al paciente. Aquí hay la misma prevalencia que en el resto de España, se calcula que unas 900 personas están afectadas en Gran Canaria.

- ¿Cuáles son los primeros síntomas?

- Se llama Esclerosis Múltiple porque puede afectar a muchos sitios del sistema nervioso y con síntomas muy variados. Pero como todas las enfermedades en neurología tiene cierta predilección por algún lugar, como el nervio óptico, con lo que puede tener una disminución de la visión por un ojo, o el cerebelo, que puede tener falta de coordinación o una parte del cuerpo que se paraliza o insensibiliza. En fin, son muy variados y varía de unos pacientes a otros.

- ¿Puede afectar al desarrollo de la enfermedad que se tarde en dar un diagnóstico?

- La asistencia de la Neurología en España ha mejorado muchísimo. Hace tiempo un paciente podía tardar 10 años en diagnosticarse. Son pacientes jóvenes de 20 o 30 años y siempre hay un alto grado de sospecha cuando vienen con esta sintomatología. Es la parte más dura, a nosotros no nos preparan para eso, son habilidades que uno desarrolla con la práctica. No es fácil comunicar a una persona que empieza a plantearse su vida que tiene una enfermedad crónica que no se cura.

- ¿Hay algo genético detrás?

- Sí, hay una predisposición. Pero estas enfermedades que no son mendelianas son muy complicadas porque implican muchos genes. Se trabaja mucho, pero no se ha averiguado con exactitud. Los hijos de padres con Esclerosis Múltiple tienen más posibilidades, pero no necesariamente la tienen que desarrollar.

- El diagnóstico ha mejorado. ¿También lo ha hecho la terapia?

- Sí, ha mejorado muchísimo. Cuando yo empecé la consulta monográfica no existían tratamientos, era sólo diagnosticar y hacer un seguimiento. Hoy en día tenemos varios fármacos útiles y eficaces, sale cada año uno nuevo. Antes eran todos pinchados y ahora hay fármacos orales. Los tratamientos son para disminuir o eliminar los brotes o mejorar los síntomas porque hablamos de una enfermedad crónica que no se cura. Hay una serie de síntomas que pueden quedar como secuela de los brotes que son muy molestos para la vida diaria, como los trastornos de la orina. Esa parte del tratamiento del paciente es muy importante para su vida diaria.

- En cuánto a la investigación, ¿la esperanza sigue residiendo en las células madre?

- La enfermedad tiene varios aspectos. Estamos intentando evitar que se produzca el daño, pero, una vez producido, el problema es que los brotes dejan pequeñas secuelas y se van acumulando. Podemos evitar los brotes, pero la reparación de la lesión está en las células madre.

- ¿Está preocupada por los recortes económicos anunciados por el Gobierno canario?

- Preocupación tenemos. De momento ya nos han recortado nuestros sueldos y nuestras pagas extraordinarias. Estamos todos a la expectativa. Por desgracia, al político no le importa demasiado la calidad.