La teoría del catedrático Ángel Viñas sobre el asesinato del general Amado Balmes Alonso, comandante militar de la Plaza de Las Palmas, el 16 de julio de 1936, ha sido incorporada al libro la Historia Contemporánea de Canarias, que fue presentado en el Cicca el pasado miércoles. La obra, editada por la Obra Social La Caja de Canarias, ha sido escrita por diecisiete historiadores y está codirigida por los hermanos Agustín y Sergio Millares Cantero, Francisco Quintana Navarro y Miguel Suárez Bosa.

La reapertura del oscuro expediente de la muerte del general Balmes tiene su origen en la publicación del libro de Viñas La conspiración de Franco (Crítica, 2011). El estudioso de la Segunda República desarrolla en su obra un trabajo detectivesco sobre la extraña muerte de Balmes en el campo de tiro de La Isleta. Según la versión oficial, el general africanista se vio obligado a manipular una de las armas al quedar encasquillada, para lo que la apoyó en su estómago, con el cañón hacía adentro, momento en el que se le dispara. Viñas considera increíble la justificación, sobre todo por atribuir una actuación inexperta a un militar de amplia experiencia.

El misterioso óbito dos días antes del alzamiento nacional provoca el malestar de la sospecha en Viñas. En Historia Contemporánea de Canarias, Sergio Millares explica por qué Franco puede que mandara matar a Balmes: "Por dos motivos, por un lado, para eliminar a alguien que podría ser un obstáculo para los rebeldes en Gran Canaria y, por otro, para tener la excusa ideal de visitar la Isla sin despertar sospechas". El futuro dictador, con destino en Tenerife, aprovecha el entierro de su compañero de armas para conseguir una autorización para salir de la Isla, donde le esperaba el avión Dragón Rapide para volar hasta Marruecos.

Millares sitúa a Balmes "en las coordenadas" de la "existencia de algunas resistencias ante los planes conspiratorios en el seno del propio estamento militar". En su estudio, el también directivo de la Fundación Negrín, remite al lector a la voz de uno de los biógrafos de Franco: "Paul Preston argumenta que si Balmes hubiera estado en la conspiración habría sido homenajeado a título póstumo durante la dictadura". Y vuelve otra vez al autor de La conspiración de Franco: "El historiador Ángel Viñas afirma rotundamente que Balmes se opuso a los planes de Franco y que por este motivo el futuro dictador ordenó su asesinato". De cualquier manera, argumenta Sergio Millares en su estudio, "el traslado de Franco a Gran Canaria, imprescindible para coger el avión Dragon Rapide, que le estaba esperando en el aeropuerto de Gando desde el 14 de julio y que le debía conducir a Tetuán para dirigir desde allí el golpe militar, estaba justificado para asistir al entierro del general fallecido".

La racanería de Franco con Balmes la acreditó Ángel Viñas con el descubrimiento de la reclamación de viudedad entre los expedientes oficiales. Julia Alonso-Villanueva Moris se dirigió a la alta jerarquía para solicitar a su favor una pensión acorde con una muerte en acto de servicio. La burocracia de los rebeldes (año 1937) le negó la aspiración económica, y le endilgó la versión de la muerte accidental. En el mismo expediente denegatorio se hace una descripción del trágico hecho, al que se enfrenta la teoría de la conspiración sostenida por Viñas y asumida ahora por la Historia de Contemporánea de Canarias. ¿Que ocurrió en La Isleta en 1936 con Balmes? La duda está abierta en canal.