El paciente de nacionalidad china Dongyin Lin, de 37 años de edad, que estuvo diez días con dos pinzas quirúrgicas de 15 centímetros olvidadas en el abdomen tras una operación, emprenderá acciones legales en los próximos días contra la clínica privada de Gran Canaria donde fue intervenido por esta supuesta negligencia que, según señalaba ayer, que se sintiera "en un calvario" y que pensara que "iba a morir".

Este ciudadano chino, que tiene un hijo de dos años nacido en la isla, lleva tres años viviendo en Gran Canaria, tiene los papeles de residencia en regla y trabaja en el restaurante Jangtze en San Fernando de Maspalomas, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana.

"Después de que todo esto saliera a la luz, gracias a LA PROVINCIA / DLP, nadie de la clínica privada en donde ocurrió ese olvido me ha llamado para saber cómo estoy ahora, ni para pedirme disculpas", manifestó Dongyin Lin a Antena 3.

"Aún tengo pequeños dolores y molestias cuando me muevo. Es algo incómodo, pero he vuelto a trabajar porque tengo una mujer y un hijo", agregó.

El ciudadano chino explicó, a través de un traductor porque no habla español, cómo se sentía cuando estuvo diez días con las pinzas quirúrgicas en su interior: "Sufrí un auténtico calvario. No podía caminar, ni comer porque cuando comía o bebía tenía dolores insoportables. Creía que me iba a morir".

Lin fue operado la primera vez en una clínica privada en octubre por un ulcus perforado. Esta intervención se complicó, por lo que al paciente tuvieron que extirparle el bazo. En esa operación quirúrgica fue cuando fue olvidado el material quirúrgico en su abdomen.

Fue intervenido diez días más tarde, en este caso en el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, para extraerles las dos pinzas olvidadas, después de que fuese examinado por los especialistas cuando se presentó a Urgencias del Hospital capitalino por los fuertes dolores que sufría. En el Hospital Insular, el paciente chino, oriundo de la provincia de Fujián, permaneció 40 días ingresado tras la extracción de las dos pinzas y fue en el centro hospitalario donde comenzó a caminar de nuevo.

Dongyin Lin vino a la Isla porque tiene amigos y familia, es delgado y por eso algunas personas de su entorno no entienden cómo se pudieron dejar olvidadas las pinzas en el interior de su abdomen. Lin señalaba anoche a este periódico que le parecía increíble que le hubiera sucedido este hecho y ahora estudia emprender acciones legales.