- En estos tiempos de crisis, ¿qué papel deben jugar los medios de comunicación?

- Tienen que hacer lo que están haciendo: informar. Pero, ciertamente, la lección que recibimos no se entiende con tantos nombres técnicos de economía. El tratamiento que hacen tiene algunos efectos perversos. Uno es que no hay más problemas que la crisis. Los demás quedan tapados. Y, segundo, parece que la crisis y su solución es cosa de los técnicos o de los políticos. Volver a descubrir los fundamentos éticos y no éticos que movieron la crisis y su persistencia es quizá uno de los papeles que deberían tener.

- ¿Denunciar, también?

- Un poquito. Leemos todos los días que los bancos reciben ayudas. Y recibir ayudas significa que nosotros, los ciudadanos, les damos dinero para que no exploten. Resulta que el Banco Central da dinero al 1 % para que los bancos tengan liquidez. Después, ellos lo emplean para comprar deuda soberana de los estados, que les rinde el 3 o 4 %. Los ciudadanos quedan como los permanentemente castigados. Este tema está insuficientemente reflejado en los medios.

- Los medios de comunicación están sufriendo también la crisis, ¿cómo pueden conjugar esa libertad de expresión siendo empresas y dependiendo financieramente de los bancos?

- Creo que uniéndonos más. Aquí parece que la inmensa mayoría de las personas son los paganos y que una minoría son los celestiales. Hace unos meses decíamos que era una crisis de valores y ahora que es de finanzas. Esto no es más que una crisis de antivalores. Porque las finanzas se mueven sólo en un único valor: el beneficio máximo en el menor tiempo posible. Desentrañar esta perversidad también es tarea de los medios.

- ¿Cómo pueden mantener los profesionales su objetividad e independencia?

- No le voy aconsejar el modo rápido de perder su trabajo en 15 días. Ja, ja, ja. Uniéndose contra esos antivalores que han provocado la crisis.

- ¿Cree que las redes sociales están haciendo el trabajo que deberían hacer los clásicos medios de comunicación?

- No soy un profesional para juzgar esto. No las sigo. Pero hay que valorarlas porque cualquier ciudadano medio tiene la posibilidad de enviar un SMS, un email a quien quiera.

- ¿Qué le parece la participación de un cura en Gran Hermano 12+1?

- Un esperpento.

- ¿Está de acuerdo con la decisión de la Iglesia?

- La Iglesia no tiene medidas cohercitivas más que este tipo de penas espirituales; que ya se ve que los miembros no hacen ningún caso.

- ¿Y las críticas que ha hecho el arzobispo de Valladolid sobre la elección de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, como pregonera de la Semana Santa sin estar casada por la Iglesia?

- En este caso, tiene que haber unas exigencias mínimas. A la ponencia del Congreso socialista no se puede llamar a la señora Le Pen. No quiero hacer comparaciones. Sólo en el hecho de la contradicción que hay entre el contenido ideológico de una persona y de lo que se va a hacer en un determinado sitio. Lo que se va a hacer no es un acto simplemente social, es un anuncio de un hecho religioso.