"Para tener una blackberry u otros dispositivos móviles sería aconsejable esperar, como mínimo, hasta los 12 años, para que tengan cierta capacidad de asumir la responsabilidad y el riesgo que conlleva", afirmó Nieves Olivares, psicoterapeuta de niños y adolescentes del Centro de Psicología Clínica y de la Salud de la capital grancanaria.

Para la especialista, el uso que hacen los adolescentes de los teléfonos inteligentes genera una serie de ventajas relacionadas con el desarrollo personal del menor, aunque aconseja que siempre se lleve a cabo bajo la supervisión de los padres o tutores para evitar los riesgos, "que también los hay".

Entre los aspectos positivos Olivares citó la posibilidad que los dispositivos móviles y los ordenadores ofrecen a los adolescentes para hacer nuevas relaciones, y la facilidad para acceder a la información. "Es un medio de conexión e integración entre ellos porque es otra forma de relacionarse. También fomenta habilidades cognitivas como la rapidez a la hora de tomar decisiones, o el pensamiento operativo o práctico", indicó Olivares.

Por el contrario, advirtió de los riesgos que conlleva el uso indiscriminado de esta tecnología, como la facilidad de acceso a contenidos inadecuados; más posibilidades de ser víctimas de ciberacoso, insultos... mediante mensajes anónimos o de compañeros; o sufrir riesgos de aislamiento y falta de control respecto a las horas que dedican a eso. "También a veces confunden lo que es íntimo o privado con lo público, de tal manera que se pueden extralimitar compartiendo información entre amigos. Incluso algunos casos producen adicción, que es lo más preocupante, pero no lo más frecuente", aseguró.

Para evitar los aspectos negativos de la tecnología móvil entre los menores, la psicoterapeuta aconsejó a padres y tutores estar atento a señales de alarma como privarse del sueño o de comer para estar conectados a la red más tiempo; descuidar actividades importantes como el contacto con la familia, con otros chicos y chicas, las relaciones sociales, los estudios.

"Hay que intervenir si vemos que prefieren comunicarse con los amigos o con los novios a través de la blackberry en lu-gar de estar con ellos física- mente; o hacer que toda su vida gire en torno a eso, sin hacer nada más. No obstante, en la consulta, casi todos los adolescentes que tengo a partir de 13 años traen la blakcberry, y los padres se quejan más de que les resta atención a los estu dios que de conflictos relacionales", puntualizó.