Una acción colectiva y pacífica contra una organización militar mantuvo el pasado domingo a dos grancanarios varias horas en distintos calabozos de un enorme centro de detención en Bruselas. Juan Carlos Navarro y Koldobi Velasco, fueron puestos en libertad tras poco más de tres horas maniatados con bridas y sin saber de qué se les acusaba. Ayer martes estaban de vuelta en la capital grancanaria con la mente puesta en la próxima acción de la campaña internacional NATO Game Over.

Estos dos activistas de la organización Alternativa Antimilitarista-MOC, bregados en mil frentes desde los años en que se anteponía la insumisión a la obligatoriedad del servicio militar, no cejan en su actitud. "Fuimos a Bélgica para secundar una convocatoria internacional de Acción por la Paz, organización belga apoyado por una red antimilitarista europea de la que participamos con el objetivo de cerrar la OTAN", explica Juan Carlos Navarro. "Y lo hacemos porque esta organización genera más conflictos sociales que los que resuelve, acapara el mayor gasto militar y tiene un arsenal nuclear que una amenaza para la paz mundial".

En la acción ante la sede de la OTAN, que se había preparado desde hace un año, participaron unas 800 personas de 14 países, de las que 485 fueron detenidas y puestas en libertad a las pocas horas. Asegura Navarro que ante la inminente cumbre que la organización celebra en Chicago el próximo 21 de mayo, y a la que prevén asistir, "los ciudadanos estamos plenamente justificados para ejercer la desobediencia ante la maquinaria de guerra". Una desobediencia pacífica que rehúsa la violencia y que tal como ocurrió el domingo, no cae en la provocación.

Koldobi Velasco afirma que es la hora de poner freno a esta situación sin que nadie resulte mal parado. "Es un proceso de muchos años donde la sociedad civil organizada emprende una acción social no violenta, un acto simbólico, y es la sociedad la que dice que no queremos esta organización". En su opinión, y apropiándose del lema de esta campaña, "la guerra empieza aquí", en Europa, donde "está todo el negocio armamentístico".

De las 800 personas que asistieron a esta convocatoria, unas 300 participaron en una primera acción disuasoria, una manifestación ante las puertas del cuartel general, y otras 500 en distintos grupos "hicimos la acción de desobediencia civil en una intervención humanitaria precintando el perímetro de las instalaciones de la OTAN", explica Velasco. Todos los miembros de estos grupos fueron detenidos por la policía belga.

A los caballos

"¿Miedo?, ninguno", sostienen los dos antimilitaristas. "El momento mas tenso fue cuando nos conducían a un lugar para trasladarnos en guagua, y la policía nos echaba encima a los caballos, eso me pareció increíble, pero no paso nada porque nunca participamos de la escalada de violencia, y aunque pudiera parecer extraño no hubo incidentes", asegura Navarro. Nada estaba en manos del azar porque el entrenamiento de los activistas "es tanto o mas importante que la acción y se deja muy claro que es lo que puedes hacer y hasta dónde."

Dice Koldobi Velasco que "el tratamiento fue desproporcionado, y se sabía porque la policía se había entrenado el sábado y a su manera". En el recuerdo queda ya la estancia forzada en un antiguo cuartel militar con celdas para unas 50 y 20 personas en las que permanecieron sin saber cuál iba a ser su destino. Después de tres horas quedaron en libertad sin cargos y sin mediar palabra alguna.