Los recortes que propone el Gobierno para las universidades españolas, por medio del decreto aprobado el pasado sábado, ponen en peligro los puestos de trabajo de unos 400 docentes no titulares canarios, si se aplican a rajatabla, según reconoció ayer Carlos Guitián, director general de Universidades del Ejecutivo autonómico.

Sin embargo, Guitián apeló a la prudencia de esos cálculos y a la necesidad de estudiar pormenorizadamente en las plantillas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y la Universidad de La laguna (ULL) los efectos del Real Decreto-ley 14/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo.

"Si se aplica el automatismo de la nueva norma", señaló el director general, "pueden estar abocados al despido unos 200 profesores por cada universidad. Pero hasta que las universidades no hagan sus propias valoraciones no se pueden precisar los datos y los verdaderos efectos".

Impacto

En esa línea, el rector de la Universidad grancanaria, José Regidor, anunció ayer que desde mañana y durante la próxima semana se desarrollarán reuniones para medir la repercusión del decreto en el personal docente e investigador de la ULPGC. "Iniciaremos una ronda de reuniones con distintos agentes implicados para saber cómo movernos" en el contexto de la nueva legislación, dijo.

El rector, en su primera comparecencia ante los periodistas tras su toma de posesión y la de su equipo, reconoció que la adaptación al decreto de recortes va a requerir "un análisis muy complejo" para conocer su alcance. "En el incremento de carga lectiva", ejemplificó Regidor, "sabemos que algunos departamentos se van a ver afectados por que sobrará gente. Pero en otros vamos a tener que contratar a profesores".

A los posibles efectos del decreto sobre las plantillas de las universidades canarias se refirió también días pasados el consejero de Educación, José Miguel Pérez, quien envió "un mensaje de serenidad y aliento" al personal docente de la ULPGC y la ULL que "ve con temor y con dudas e incertidumbre" su futuro. "Que todos tengamos que hacer ajustes es una cosa y otra muy distinta es poner en peligro el futuro de muchos profesores e investigadores", afirmó.