Los avances tecnológicos permiten hoy en día no sólo ver en imágenes la depresión, sino también intervenir en ella. Una operación que ha sido efectuada a unos 300 pacientes en todo el mundo y que se ha realizado en casos especiales en algunos centros españoles. Los especialistas, reunidos esta semana en el XVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Neurocirugía, esperan que Europa dé en breve luz verde para generalizar el uso de esta técnica que ha tenido hasta el momento unos resultados muy positivos.

Esta técnica está dirigida a enfermos con depresión profunda que han sido sometidos a diferentes terapias y tratamientos farmacológicos sin éxito. Esta cirugía consiste en implantar electrodos en un área concreta del cerebro con la finalidad de estimularla. "Los electrodos se implantan en una parte del cerebro que es importante para la tristeza, ya que parece ser que los pacientes con depresión presentan una hiperactividad en este lugar", explica el doctor Andrés Lozano, del Toronto Western Hospital (Canadá), que cuenta con gran experiencia en este tipo de intervenciones y que intervino en el congreso que acoge el auditorio Alfredo Kraus hasta el próximo sábado.

Lozano recuerda que estos pacientes "están siempre tristes" lo que se refleja en una hiperactividad que se puede ver con una imagen de PET en el cerebro. "Al colocarle electrodos podemos disminuir la actividad de este centro. A medida que disminuimos la actividad de esta parte del cerebro, los pacientes mejoran", asegura el especialista.

Se trata de una cirugía reversible dirigida a la estimulación. "No vamos a lesionar nada, sino vamos a interferir mediante estimulación. Hay que cambiar el concepto de las películas sobre esas lesiones en el cerebro con la psicocirugía", sostiene el neurocirujano Francisco Javier Robaina, presidente del comité organizador del congreso.

Robaina explica que estas intervenciones se realizan mediante cirugía esterotáctica con pequeños orificios en el cráneo a través de los cuales con los sistemas de neuronavegación se localiza el área en el que queremos posicionar el electrodo", señaló el médico del Negrín, que añade que la precisión es inferior al milímetro con lo que el error es "mínimo". Además el tiempo de intervención es corto, ya que rondaría las cinco horas.

Robaina afirma que el Negrín posee el equipo para llevar a cabo esta técnica, pero habrá que esperar a que se le dé las oportunas autorizaciones. Los especialistas recordaron que con esta técnica también se pueden tratar, además de la depresión profunda, enfermedades como el párkinson, trastornos psiquiátricos o el alzhéimer.