Los pacientes en estado vegetativo muestran vigilia, pero son incapaces de manifestar ningún signo externo de consciencia. Un estudio del que forma parte la neuropsicóloga española Davinia Fernández-Espejo ha demostrado que a través de la resonancia magnética funcional algunos de estos pacientes pueden conservar funciones cognitivas más complejas de las que se muestran externamente. Fernández-Espejo, de la Universidad de Western (Canadá), presentó las conclusiones de su investigación ayer en el XVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Neurología, que se clausura hoy en el Auditorio Alfredo Kraus.

"La finalidad de esta investigación es mejorar el diagnóstico de pacientes en estado vegetativo o en estado de conciencia mínima. Son pacientes muy complicados que presentan muchos desafíos para la medicina moderna, por ello estamos intentando proporcionar cierta información que el clínico hasta ahora no podía tener", explica la neuropsicóloga.

Con las técnicas de resonancia magnética funcional se presenta al paciente narraciones simples y estímulos visuales para comprobar si el cerebro responde de manera similar al de una persona sana, con lo que se podría confirmar si las redes cerebrales responsables de esta función estarían preservadas.

Además las técnicas estructurales permiten evaluar a un nivel muy preciso cambios sutiles en el cerebro del paciente y estimar el nivel de daño, de manera que se pueda predecir si es posible una recuperación del paciente.

La neuropsicóloga hizo hincapié en diferenciar que no se trata de pacientes en coma, sino que han salido de la fase de coma y empiezan a responder de manera espontánea, como con movimientos, incluso, algunos de ellos pueden llorar o gruñir. "Lo que no pueden hacer es responder de cierta manera cuando se lo pedimos. Si le pedimos al paciente levanta la mano, no podría hacerlo. Se seguiría moviendo de manera espontánea, pero no es una respuesta a la estimulación", añade la especialista, de 32 años.

De ahí la importancia de las técnicas de imagen cerebral que "nos permiten ir más allá de lo que el paciente muestra a nivel externo, para ver si su cerebro sí responde de una manera similar al de una persona sana, aunque no pueda mostrarlo externamente".

Este estudio se está realizando además de en Ontario, en Barcelona, Cambridge, Lieja y Nueva York con un total de 500 pacientes. "Todavía no entendemos qué le ocurre a un paciente para acabar en estado vegetativo. Si no entendemos lo que ocurre, no podemos tratarlo. La labor del clínico es desarrollar el tratamiento una vez que hemos entendido este problema", concluye la especialista.