El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa recibió este viernes, en el Paraninfo Universitario, su nombramiento como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

El título de Doctor Honoris Causa es un reconocimiento que otorga la Universidad a una persona por su valía o aportación a la ciencia, al progreso, al conocimiento, a la creación cultural o artística, a sus relaciones científicas y personales con la propia Universidad y/o a su proyección en el ámbito de la cultura de una comunidad.

Mario Vargas Llosa, propuesto como Doctor Honoris Causa por el Departamento de Filología Española, Clásica y Árabe, es, además de Premio Nobel de Literatura y un autor que ha contribuido a la universalización de las letras hispanas, Hijo Adoptivo de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

Está reconocido como uno de los más grandes novelistas contemporáneos, con una ingente producción narrativa y, solo en España, ha sido reconocido con los premios Príncipe de Asturias de las Letras (1986), el Planeta (1993), el Miguel de Cervantes (1994) y el de la Crítica Española en tres ocasiones (1963, 64 y 66). Vargas Llosa ha destacado las "razones históricas, de lengua y acento" que unen a la comunidad canaria con la hispanoamericana del otro lado del Atlántico.

Como padrino del homenajeado actuará el Director del Departamento de Filología Española, Clásica y Árabe, Gregorio Rodríguez Herrera. A continuación, tomará la palabra Mario Vargas Llosa y la ceremonia concluirá con el discurso del Rector de la ULPGC, José Regidor García.

Reunión con universitarios

El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa ha advertido del "gran peligro para el futuro de la libertad y la democracia" que supone el que las ideas sean reemplazadas por "eslóganes" y "lugares comunes", como cree que empieza a suceder en el contexto actual de crisis.

Vargas Llosa lamenta que en estos momentos "la influencia de los intelectuales en la vida pública, si no ha desaparecido, es mínima", y opina que esa ausencia de los pensadores, si bien obedece en parte a un desprestigio al que ellos mismos han contribuido con sus "errores", es algo "muy malo" para la sociedad, informa la agencia EFE.

El escritor hispanoperuano ha planteado esta reflexiones durante el encuentro que ha mantenido en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) con estudiantes universitarios y de Educación Secundaria, que han escuchado sus palabras y le han podido formular preguntas en la víspera de que sea investido doctor honoris causa.

En una jornada que había iniciado algo antes plantando un árbol en el Palmeral de los Nobel del vecino Instituto de Secundaria Pérez Galdós de la ciudad, de la que recibió oficialmente el título de Hijo Adoptivo, el escritor ha hablado sentado en un sillón sobre el césped y a la sombra de un árbol junto al Rector de la ULPGC, José Regidor.

Rodeado por decenas de niños, jóvenes universitarios de distintas nacionalidades, docentes y curiosos que se acercaron hasta el patio de la Facultad de Formación del Profesorado, Vargas Llosa ha hablado de literatura, insistiendo en su tesis de que leer es lo mejor que le ha sucedido en la vida, porque le ha permitido trascender más allá de su realidad, y de ideas y crisis.

Una estudiante le ha preguntado si en la actual coyuntura aconsejaba afrontar las adversidades desde la ficción o desde el realismo, a lo que el Nobel ha respondido que no se debe renunciar a la una ni lo otro, aunque matizando que entiende que "lo importante es tener clara la discriminación entre lo que es ficción y realidad".

Porque, a su entender, confundir una cosa con la otra puede conducir a creer como verdaderas "ficciones malignas" que concluyan con hechos "dramáticos" o "desastres".

Y Vargas Llosa ha puesto ejemplos de sus afirmaciones aludiendo a las ideologías, que ha calificado de "formas extremas de ficción maligna" en la medida en que conducen a interpretar planteamientos erróneos como "verdades objetivas", como ocurrió cuando, durante el ascenso del nazismo en Alemania, todo un país asumió como cierta la supremacía de unas razas frente a otras.

Además, ha subrayado que entiende que esa asunción equivocada de las ideologías puede afectar también a intelectuales como Jean Paul Sartre, de que ha señalado que llegó a decir "estupideces monumentales guiado, precisamente, por una obsesión de tipo ideológico".

En todo caso, el escritor ha retomado su discurso básico de inventor de historias para concluir que tampoco se debe "temer a la ficción", porque es un elemento que ha impulsado la imaginación y ha animado al ser humano a investigar y a avanzar, hasta el punto de que "la vida ha ido mejorando de manera espectacular" a resultas de ello.