"Según los medios de comunicación, Cuba es el país de América que más viola los derechos humanos. Sin embargo, el último informe realizado por Amnistía Internacional dice que es de los que menos los vulnera; de esta manera se percibe lo contrario en Europa". Son palabras del analista político Salim Lamrani, profesor en la Universidad de La Sorbona de París, que ayer analizó en el Club La Provincia la labor de los medios de comunicación respecto a la realidad cubana.

"Los grandes grupos económicos invierten en el sector de la comunicación, porque el objetivo de aquellos grupos es generar ganancias", expuso Lamrani. Sin embargo, según el analista, este objetivo ya no sólo se centra en beneficios financieros sino en "el control del mercado de las ideas y la limitación del marco de las opiniones aceptables".

Por otro lado, el profesor se basó en la omisión "meticulosa" de los medios de comunicación de masas en cuanto al desarrollo económico de la nación cubana, contra el que las políticas de Estados Unidos han jugado un papel importante. "Tras el desmoronamiento de la Unión Soviética en 1991, en vez de normalizar las relaciones con La Habana, Estados Unidos recrudeció las sanciones con la Ley Torricelli, de carácter extraterritorial". Según esta medida, se pretendía aislar a la isla del Caribe del entorno económico internacional.

Posteriormente, la ley Helms- Burton, de 1996, afectaba a las empresas extranjeras que tenían trato con la patria cubana, sometiéndolas a represalias legales. Así, diferentes gobiernos estadounidenses han recrudecido las políticas con Cuba. En 2006, la Comisión para Asistir a una Cuba Libre, del gobierno de George W. Bush, fue un ejemplo en cuanto a la influencia extraterritorial de las políticas adoptadas: "Si por ejemplo una empresa española quería vender su producto en EE UU tenía que demostrar que no ha utilizado ni una materia procedente de Cuba", dijo. "EE UU es el principal obstáculo al desarrollo del comercio cubano con el mundo", finalizó Lamrani.