Una exposición irregular a la luz afecta directamente el estado de ánimo y potencia una conducta depresiva pero no incide en la estructura del sueño, según un estudio de científicos estadounidenses publicado ayer por la revista Nature.

Un equipo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Maryland, y de la Universidad Rider, en Nueva Jersey, comprobó, en un estudio con ratones, que las alteraciones en los ciclos de luz y oscuridad tampoco afectan a los ritmos circadianos, los procesos biológicos que ocurren una vez al día.

"Siempre pensé que la luz debía alterar primero el sueño y los ritmos circadianos antes que inducir cambios en el ánimo y en el proceso de aprendizaje", señaló a Efe Samer Hattar, coautor del artículo, a quien "sorprende" el efecto que la luz tiene sobre el estado de ánimo.

Para determinar cómo afecta esto al organismo, se sometió a unos ratones durante dos semanas a un ciclo de 3,5 horas de luz y 3,5 horas de oscuridad, y se los comparó con roedores que tuvieron ciclos de 12 horas de luz y 12 de oscuridad.