Samuel Rivero será uno de los últimos niños operados de cardiopatía congénita dentro del convenio con la Fundación San Donato de Milán. El pequeño palmero, de poco más de un año, tiene programada su intervención para dentro de dos semanas en el Hospital Materno Infantil de la capital grancanaria. Ya fue intervenido con sólo tres meses y esta segunda operación, si todo sale bien, será la última, aunque puede que tenga que ser operado cuando sea más mayor, ya adolescente.

A su madre, Elena Labrador, no le diagnosticaron la cardiopatía hasta que el niño nació. "Me vieron bastantes ginecólogos antes de dar a luz, pero ninguno me detectó la patología. A los dos días de nacer evacuaron a Samuel a Tenerife porque vieron un problema y en La Palma no hay cardiólogos infantiles", cuenta esta joven palmera, de 28 años. Poco después, de vacaciones de Navidad en Fuerteventura el bebé sufrió una crisis y tuvo que ser llevado al Materno Infantil, donde fue operado de urgencia por uno de los cirujanos del Servicio Canario de Salud (SCS).

"No sé si le hubiera dado tiem-po de llegar si en vez de a Gran Canaria lo mandan a Madrid o a Barcelona, por ejemplo. Tengo la esperanza de que los políticos se hayan dado cuenta de que la decisión de cerrar la única Unidad de Cirugía Cardiaca de Canarias es un error", sostiene Elena, que só- lo tiene buenas palabras para los profesionales del centro hospi- talario grancanario.

"Siempre nos han tratado muy bien, son todos unos grandes profesionales. Mi médico me atiende siempre a su teléfono personal cuando lo llamo y tengo que reconocer que lo llamo mucho. Dudo que fuera podamos tener una mejor atención que la que recibimos aquí, como he oído que ha dicho la consejera de Sanidad", señala la madre de Samuel, que padece tetralogía de Fallot.

Elena reconoce que para las familias de los congénitos es un trastorno moverse entre islas, algo que se complicaría mucho más si tuvieran que trasladarse fuera de Canarias, como sucedería si finalmente se cierra la Unidad de Cirugía Cardiaca Infantil. En el caso de esta familia de La Palma, ella trabaja, pero su novio no, con lo que mantenerse fuera sería tremendamente complicado para ellos.

"No les importamos a nuestros políticos, sólo se preocupan por las cifras, por el dinero, pero estamos hablando de bebés y de problemas del corazón", añade esta madre primeriza que recuerda que "estos niños no pueden estar en una guardería porque cualquier pequeño catarro les afecta muchísimo y hay que tener un especial cuidado".