Las universidades canarias estudian una alternativa que sustituya en el próximo curso 2013-2014 la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), que tendrá su última convocatoria este curso académico. La aprobación prevista en los próximos meses de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) impulsada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha puesto ya a las universidades españolas a trabajar en el nuevo sistema de filtrado del alumnado que desee ingresar en sus centros, aunque primero habrán de despejarse varias incógnitas.

Todas ellas relacionadas con el contenido final de la ley de reforma educativa que apruebe el Gobierno de España, que hasta ahora enuncia la supresión de la selectividad; la recuperación de una examen tipo reválida al finalizar el Bachillerato; y la potestad de las universidades, en última instancia, de instaurar una prueba propia para seleccionar a sus estudiantes de nuevo ingreso.

"Todo está aún muy, muy verde", reconoce Nicolás Díaz de Lezcano, vicerrector de Estudiantes y Empleabilidad de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). "Y todo depende de cómo quede finalmente el texto de la Lomce". Y también de lo que decidan, en su ámbito de actuación, las instituciones académicas en relación sobre todo con un aspecto: su capacidad discrecional de diseñar pruebas propias para cada uno de sus alumnados, y si habrá o no un examen equivalente para todo el territorio español.

Con todo, en Canarias tanto la ULPGC como la Universidad de La Laguna (ULL) tienen claro que la planificación de la nueva prueba que sustituya a la PAU, si la hubiese finalmente, debe ser única y coordinada al menos en la comunidad autónoma.

"Ambos centros tenemos que ir de la mano, por que venimos trabajando en los últimos años en la práctica en un único distrito universitario", afirma Díaz de Lezcano.

Sistema único

Para el vicerrector de la ULPGC "todos los demás temas están abiertos a cualquier posibilidad; pero si hay un aspecto que parece claro es que las dos universidades deben compartir el mismo modelo de acceso". En la práctica, aunque no se haya unificado aún la gestión de la prescripción, el distrito universitario de Canarias posibilita la realización de iguales pruebas para los estudiantes que aspiran a ingresar en los dos centros universitarios canarios.

"Lo que nos interesa es que el alumnado se pueda mover en la comunidad autónoma. Que pueda optar a una titulación u otra en nuestro territorio, con independencia de la universidad en la que se oferte", explica Miriam González Afonso, vicerrectora de Alumnado de la institución lagunera.

Aunque el asunto no se ha empezado a tratar a fondo, la vicerrectora expresa su convicción de que la coordinación será el punto de partida. "Hay una intención de las dos universidades, y de la Consejería de Educación, para trabajar conjuntamente en el tema". Y no se ha abordado aún en profundidad por estar aún pendiente la aprobación de la Lomce, pero también porque la ULPGC y la ULL acaban de cerrar en diciembre pasado los preparativos para la convocatoria de la PAU de este curso 2012-2013.

Coordinación

Un proceso que moviliza cada año a profesores de las dos universidades y de enseñanza secundaria, que comenzaron a celebrar en octubre reuniones de coordinación didáctica de las materias objeto de evaluación en la prueba de acceso a las enseñanzas universitarias oficiales de grado.

De la complejidad de la organización del proceso, su desarrollo y ejecución, habla la cifra del profesorado que moviliza: unos cuatrocientos docentes universitarios y de centros de bachillerato, encargados además de evaluar a algo más de 10.000 alumnos que realizan la PAU cada año. Cerrado ya ese capítulo para la última prueba de acceso a la universidad, tal y como se conoce en la actualidad, los rectores tendrán que empezar ahora a planificar cómo será a partir del año próximo.

Por lo pronto, las siete universidades públicas de Cataluña se han anticipado y pactaron en diciembre con la Generalitat mantener una única prueba para todo el alumnado. Esa decisión ofrece garantía de continuidad en los centros superiores catalanes, aún cuando quizá esa prueba pudiera no ser ya necesaria.

Los rectores contemplan, al respecto, la posibilidad de que la futura reválida de Bachillerato sea suficiente para que el alumnado que promocione en ese nivel pueda matricularse de una titulación universitaria.

Efectivamente, la Lomce propone una reestructuración del Bachillerato, con cinco vías (Ciencias e Ingeniería, Ciencias de la Salud, Humanidades, Artes y Ciencias Sociales) y una evaluación final que sustituirá a la PAU.

Para poder titular, y para acceder a los estudios superiores, los estudiantes tendrán que realizar el examen, que supondrá un valor del 40% de la nota final.

El otro 60% de la calificación global lo aportará la nota media que obtenga el alumno tras haber completado la etapa. Esa es una cuestión, también, que quedará en el aire hasta que no se apruebe la reforma educativa, en primer término, y se conozca además el contenido de la reválida.

"Puede ser suficiente, o no, para que un alumno nuevo ingrese en nuestras titulaciones", señala el vicerrector de la Universidad gran canaria. "Pero, antes, tendremos que verla", añade Nicolás Díaz de Lezcano. En la misma línea se pronuncia Miriam González Afonso, vicerrectora de la ULL. "Hay que conocer los contenidos de la prueba nacional para saber si es suficiente aprobarla para poder matricularse".