Diagnosticar de manera precoz a un niño con Asperger es determinante. Así lo defiende la asociación Aspercan que, junto a diferentes organizaciones del Archipiélago, celebra hoy el día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, en el que incluye el síndrome de Asperger.

Los expertos explican que mientras antes se diagnostique a un menor con Asperger, más posibilidades tendrá de desarrollarse como sus semejantes, gracias a las terapias y actividades. El problema es que el diagnóstico de este síndrome es complicado, lo que conlleva que se valore tarde y en muchos casos de manera errónea. De hecho, a Aspercan llegan padres con niños supuestamente con Asperger que luego no lo son.

Lamentablemente, según señala Cristina Martínez, trabajadora social de Aspercan, no ha habido un gran avance en estos últimos años sobre el diagnóstico precoz y sigue siendo común que los médicos lo determinen cuando el niño tiene más de siete años, cuando lo conveniente sería hacerlo antes de esta edad.

"El diagnóstico de Asperger es tedioso y larguísimo. Los médicos no se atreven a diagnosticarlo hasta los siete años, pero eso es un tiempo valioso que se pierde", señala Martínez que explica que con un buen entrenamiento y una buena terapia se puede superar esta dolencia que tiene una prevalencia de entre 3 y 7 por cada 1.000 niños nacidos.

Desde Aspercan, que trabaja en desde el año 2006, lamentan la falta de apoyo de las instituciones públicas hacia estas familias que en muchas ocasiones se ven sin recursos y sin saber dónde acudir.

La Federación de Asperger España define este síndrome, que se manifiesta de forma diferente en cada persona, como un trastorno severo del desarrollo que conlleva una alteración neurobiológicamente determinada en el procesamiento de la información. Las personas afectadas tienen un aspecto e inteligencia normal o incluso superior a la media. Además, presentan un estilo cognitivo particular y habilidades especiales en áreas restringidas.