Catorce robots submarinos dirigidos por control remoto superaron ayer la prueba de su bautismo de agua en una de las piscinas del complejo municipal Julio Navarro.

Sus autores, un total de 101 alumnos de siete institutos de secundaria de Gran Canaria, Lanzarote, Tenerife, El Hierro, La Gomera y La Palma, demostraron que un kit de material básico y el adiestramiento oportuno durante al menos una hora semanal en los últimos cuatro meses son suficientes para poder construir en Canarias un dispositivo de este tipo.

"El resultado supera las expectativas con creces. Todos los robots funcionan perfectamente, ofrecen sutiles diferencias y, sobre todo, son muy personales", explicó ayer Mikel Villanueva, miembro del Grupo de Visión por Computador y Robótica (Vicorob), especializado en robótica submarina, de la Universidad de Girona.

Este grupo científico ha colaborado, adiestrando al profesorado de Tecnología de los institutos, en el proyecto Edurov de la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan), que ha sido financiado por la Obra Social de La Caixa.

En esta primera edición, que tendrá continuidad el próximo curso, según confirmaron ayer ambas instituciones, han participado los IES El Doctoral y el Tamogante, de Gran Canaria; el IES Yaiza, de Lanzarote; el IES Villalba Hervás, de Tenerife; el IES Garoé, de El Hierro; el IES San Sebastián, de La Gomera; y el IES José María Pérez Pulido, de La Palma.

Cada uno de los estudiantes tomó posiciones en una de las piscinas y antes del mediodía ya la invadía un amasijo de cables unidos a automatismos, consolas y otros artilugios para probar las máquinas.

"He aprendido a hacer muchas cosas", explica Chloé Beny, de 15 años. Esta alumna del instituto palmero José María Pérez Pulido, ya sabe cómo estañar cables eléctricos, o proteger un motor para que pueda ser sumergido en agua. "El taller ha sido muy interesante. Aunque quiero dedicarme a las Bellas Artes, me gusta la ciencia e, igual, acabo estudiando Tecnología", dice con convencimiento.

¡Al agua!

Los alumnos palmeros habían probado el día anterior los dos ROV (por sus siglas en inglés, vehículo operado remotamente) en la piscina familiar de uno de ellos en Los Llanos de Aridane. "Tenemos un pequeño tanque en el instituto en el que hemos ido realizando los ensayos para testear su funcionamiento. Pero la prueba final fue en una piscina prestada por los padres de uno de los chicos", cuenta José Francisco Rodríguez, profesor de Tecnología del centro de secundaria. Los alumnos de este centro presentaron uno de los ROV con una peculiaridad: una webcam mediante la que se pueden seguir sus evoluciones en una pantalla de ordenador.

José Francisco coincide con otros profesores que han participado en la experiencia, como Mercedes Hernández, que imparte la misma asignatura en el IES Villalba Hervás de La Orotava; y Pedro Rodas, que enseña Tecnología Industrial II a sus alumnos de segundo de Bachillerato en el IES El Doc toral. El taller ha permitido transmitir muchos de los contenidos de la asignatura. Todo en uno. "Es como un recopilatorio del temario general", señala Mercedes. "Han aprendido un poco de todo: de soldadura, motores, etc.", corrobora Pedro.

"Yo no es que haya flipado con el taller, pero sí que he podido trabajar en algo nuevo. Me ha gustado porque esto no se había hecho hasta ahora en un instituto", afirma Daniel Bordón, uno de los alumnos del IES El Doctoral.

En el instituto grancanario el proyecto Edurov tuvo implicaciones inesperadas en la comunidad educativa. Los dos robots submarinos fueron bautizados como Sophie I y Valery II no por imitación de los dispositivos de la NASA, sino en homenaje a las hijas de las profesoras Magüi y Lorena, respectivamente, que nacieron cuando ambos se fueron construyeron.