El Hospital Negrín, además de tener uno de los mejores equipos humanos de Oncología Radioterápica, puede presumir de acercar el arte a sus pacientes, gracias a la donación de cuatro cuadros que hizo Pepe Dámaso al citado servicio médico, tras recibir tratamiento después de que le fuera diagnosticado un cáncer.

La intención del artista fue la de contribuir a hacer el espacio hospitalario más amable a los pacientes que deben someterse a tratamientos de radioterapia. Así, en 2005 donó cuatro obras que se exhiben en las instalaciones de Oncología Radioterápica, que integran la serie Flores. De una de ellas se realizó una reproducción en vinilo, que está colocada en el techo de uno de los aceleradores lineales, de manera que puede ser contemplada por el paciente durante la sesión de radioterapia. Como agradecimiento por la donación, dicho espacio pasó a denominarse Sala Pepe Dámaso.

"La idea surgió cuando me dieron la terrible noticia de que tenía cáncer y debía someterme a un tratamiento de radioterapia", confesó el artista plástico. "Mientras estaba tendido dentro del aparato, con la angustia de si me iba a curar o no, en ese vacío del dolor, me planteé hacer algo, desde el punto de vista estético, que sirviera de distracción a todos los pacientes que pasaran por allí. Entonces propuse introducir una réplica de un cuadro en el techo e iluminarla, y lo maravilloso es que me hicieron caso", indicó.

Para Dámaso, esta iniciativa "que ha trascendido internacionalmente porque no hay en el mundo algo similar", ha sido muy gratificante, sobre todo por los mensajes de agradecimiento que le siguen llegando tantos años después. "Lo más hermoso es cuando personas que se están tratando me paran por la calle y me dicen: Pepe, agradezco tanto poder mirar esas flores. Esa es la parte más rica de esta experiencia".

Por parte del servicio, cuya actividad está orientada hacia el paciente como centro del proceso asistencial, la donación del artista de Agaete fue un estímulo importante, según destacó el jefe de Oncología Radioterápica Pedro Lara .

"Muchos de nuestros pacientes nos hacen partícipes de sus miedos, esperanzas e ilusiones. Todos tienen una condición especial, humana, personal, profesional que les define de forma particular. Pepe Dámaso ha sido uno de ellos. Desde el principio, resolvió implicarse de la forma pasional que le conocemos, no solo en su tratamiento, sino de forma especial en los sentimientos que su proceso le generaba a él mismo, pero también a sus ´compañeros de travesía", el resto de los pacientes", señaló el especialista.

Lara apuntó que durante el proceso terapéutico Dámaso les hizo ver la necesidad de mejorar el entorno en que se desenvolvía el día del tratamiento, especialmente en el momento mas solitario, cuando la persona queda en la unidad de tratamiento, observando como un imponente aparato se mueve robóticamente a su alrededor.

"Nos dio lo que tenía, que no es poco, su pintura. Un oasis de colores verdes y florales, que se despliegan vitales, cuando se abren los ojos desde la mesa de tratamiento. Cuatro cuadros cuelgan de las paredes que separan la sala de espera de los imponentes búnkers donde se recibe el tratamiento. Justo en la dirección que siempre miran los ojos de enfermos y seres queridos que acompañan en este particular trance. Justo en el mejor sitio para hacer crecer la esperanza, la determinación y las ganas de vivir", afirmó el doctor Lara.