La pianista checa Alice Herz-Sommer, la superviviente más longeva del Holocausto, falleció este domingo a los 110 años en un hospital de Londres tras su ingreso el pasado viernes, según informó la familia a la prensa.

"Alice Sommer murió en paz esta mañana con su familia", dijo su nieto, Ariel Sommer, que pidió a los medios privacidad.

La conocida concertista nació en Praga, en el seno de una familia judía, y pasó dos años en el campo de concentración de Theresienstadt, de la ciudad del mismo nombre, hoy conocida como Terezín (República Checa) tras la II Guerra Mundial.

Su historia de supervivencia y su pasión por la música está recogida en un corto titulado "The Lady In Number 6: Music Saved My Life", una producción dirigida por Malcom Clark y nominada al mejor corto documental en la 86 edición de los Oscar, que se entregarán el próximo domingo en Los Ángeles.

Alice, que aprendió a tocar el piano con cinco años, fue recluida en el campo de concentración en 1943 junto a su hijo y su marido, al que no volvió a ver porque fue trasladado a Auschwitz.

Durante su reclusión, la pianista organizó y participó en "más de 150 conciertos", junto a otros detenidos que eran "excelentes músicos", según contó Alice en una entrevista al diario británico The Guardian en el año 2006.

Tras su liberación, regresó a Praga como superviviente y más tarde vivió en Israel hasta que definitivamente, a los 83 años, se mudó a Londres con su hijo Rafael, violonchelista.

A sus 102 años, Alice contó que tocaba el piano "puntualmente a las 10 de la mañana" y durante tres horas, y que la clave de su supervivencia era su "temperamento, optimismo y disciplina", según recuerda hoy la prensa británica.

"Busco lo bueno de la vida. Conozco las cosas malas, pero busco solo las buenas", añadió esta superviviente, que contó entre sus amistades con el escritor existencialista Franz Kafka.

Sus memorias también están recogidas en el libro "El mundo de Alice", de Caroline Stoessinger, que narra sus luchas y sus triunfos en más de un siglo de vida.

La pianista llegó a decir que "el mundo es maravilloso, está lleno de belleza y de milagros".