El carnaval también ha llegado a la Ciudad del Vaticano. El Papa Francisco abrazó y besó ayer a un niño que iba disfrazado con la tradicional sotana blanca y la papalina durante el paseo entre los fieles que realiza en la Plaza de San Pedro antes de la audiencia.

El Pontífice dio la bendición al 'minipapa' de poco más de un año, que no cesó de llorar de forma desconsolada pese a los gestos de cariño de Francisco. Al menos, el pequeño logró arrancarle una sonrisa.

El disfraz de Papa es muy habitual en esta época en el Vaticano. El pasado fin de semana ya se vio en las redes sociales la foto de una madre con su hijo disfrazado de Pontífice en la plaza vaticana.