Un total de 572 camas permanecerán cerradas en los cinco grandes hospitales del Archipiélago, según datos del sindicato de enfermería Satse, que denuncia que la Administración sanitaria aboca al servicio público a un colapso. El secretario provincial de la organización sindical, Leopoldo Cejas, asegura que el cierre de camas obedece a la negativa del Gobierno de Canarias de contratar a sustitutos para cubrir las vacaciones del personal.

"Si no se cubren las vacantes, disminuyen las consultas y las cirugías no urgentes, por lo que en principio no parece necesario el mantenimiento de camas, pero este es un planteamiento arcaico de la Consejería de Sanidad", lamenta Cejas, quien añade que "en realidad, por el hecho de que sea verano los canarios no van a dejar de ponerse malos y necesitar de ingresos".

Precisamente, fuentes de la Consejería de Sanidad del Ejecutivo canario argumentan que cada año en verano lleva a cabo una "reestructuración de los servicios". "Se trata de una reorganización de los recursos que se efectúa adaptando la dotación de camas a las necesidades asistenciales de cada momento, que en el caso de los meses estivales coincide con el descenso de la afluencia a urgencias, una menor necesidad de ingresos hospitalarios y la planificación de las vacaciones a las que tiene derecho el personal de los centros hospitalarios", argumentan las mismas fuentes.

Todo lo contrario a lo que defiende tanto Satse como el Sindicato Médico, que afirman que "si se sustituyeran las vacaciones, no habría necesidad de cierre de camas". En concreto, según las cifras que baraja la organización sindical de enfermeros, este verano permanecerán cerradas 100 camas en el Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín. Mientras, en el caso del Hospital Materno Infantil las camas cerradas estos meses estivales se elevan a 115 y a 105 en el Insular.

El portavoz del Sindicato Médico, Levy Cabrera, explica que "en realidad, si no contratan las suplencias para cubrir los turnos de los enfermeros, se ven obligados al cierre de camas". A su juicio, en el caso de los facultativos "no es tan grave como en el de los enfermeros" aunque puntualiza que sí disminuye la actividad en consultas y cirugía. Tanto Cabrera como Cejas muestran su preocupación por las consecuencias del cierre de camas hospitalarias puesto que no se puede prever las necesidades de ingresos de la población. A juicio del portavoz de Satse, "esta situación llevará a otro colapso en los servicios de urgencias, ya que ni siquiera los hospitales cuentan con camas para ingresos".

La imagen de los servicios de Urgencias saturados ante la disminución de camas no es nueva. Las interpretaciones divergen, si para la administración cae la demanda de servicios, para los sindicatos es la no contratación de profesionales para cubrir vacantes lo que lleva a cerrar camas.