Las inclinaciones sexuales de un docente no afectan en absoluto a su idoneidad a la hora de impartir clase. Así lo ven los profesores y alumnos de la enseñanza pública canaria que defienden a Luis Alberto González, docente al que el Obispado de Canarias retiró su confianza para impartir la asignatura de Religión tras haberse casado con otro hombre.

La comunidad educativa rechaza la decisión del Obispado de Canarias sobre este profesor de enseñanza católica que se incorporó el pasado lunes a su puesto de trabajo junto al resto de sus compañeros del IES Salinas de Arrecife (Lanzarote), a la espera de que se solucione su situación laboral. González se encuentra sin el visto bueno del Obispado de Canarias y contratado por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias para el presente curso.

"Nos sorprende que en pleno siglo XXI en el que disfrutamos de una serie de derechos y libertades un profesor deba ser juzgado por su orientación sexual", denunció ayer Diego Espasa, presidente de la Unión de Estudiantes de Canarias (Udeca). "No podemos tolerar que la Iglesia controle la educación pública. Si es un profesional, debe conservar su trabajo", añadió Espasa que defiende una educación pública laica.

Los profesores de la enseñanza pública canaria también mostraron su disconformidad con la decisión del Obispado de Canarias de considerar "no idóneo" al profesor homosexual y exsacerdote. El sindicato de docentes STEC expuso su "rechazo absoluto". Silvia Rodríguez, portavoz del STEC, argumenta que "por encima de todo" está la Constitución que garantiza los derechos fundamentales.

"El Obispado está vulnerando derechos fundamentales y quiere utilizar un privilegio de cara a la educación pública", señala Rodríguez que pone a disposición del profesor la asesoría jurídica de este sindicato, el de mayor representatividad del Archipiélago. El STEC reivindica el carácter laico de la educación pública, pero ello no le impide defender "a ultranza a todo el profesorado, incluido el de religión".

En esta línea se posiciona también FETE- UGT Canarias. "Respetamos a cada persona como es. Si es gay y católico, ¿por qué no puede dar clase de religión? Esta persona entró en unas listas, por lo que cumplía los criterios que exigía el Obispado", expone Carmen Rivero, secretaria de educación pública de este sindicato. Rivero sostiene que si Luis Alberto González ha sido un profesor válido de religión durante los últimos quince años, lo sigue siendo ahora pese a su nueva situación personal .

La portavoz de FETE - UGT recuerda que no están de acuerdo con que se impartan clases de religión dentro del horario lectivo, pero que como docente, González cuenta con todo el apoyo del sindicato. "Si fuera profesor de Lengua o de Inglés, ¿se le preguntaría si es homosexual o heterosexual?", pregunta.

El profesor Luis Alberto González, exsacerdote, ha dado clase de religión durante los últimos 15 años en el IES La Salinas. En su opinión, la situación actual requiere una toma de decisiones urgente por parte de las partes implicadas (Consejería de Educación y Obispado de Canarias). Hay dos opciones, o se le ratifica en el puesto de trabajo o se le despide de forma objetiva.

Según el Obispado, a este profesor se le ha retirado la "misio" por incumplir lo establecido en el Derecho Canónico que establece que la Diócesis tiene derecho a nombrar o aprobar a los profesores de religión y remover o exigir que sean removidos cuando así lo requiera "una razón de religión o moral". "Y no por su condición sexual", reiteran en la Diócesis.