El Banco Español de Algas (BEA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha emprendido una nueva línea de investigación destinada a la búsqueda de microalgas que den color a la industria textil y sustituya los tintes sintéticos que actualmente constituyen una causa importante de contaminación en dicho sector.

La investigación sobre este uso de las algas como fuente de colorantes naturales está enmarcada dentro del Proyecto Life-Seacolors, financiado por el Programa Life+ de la Unión Europea encaminado al desarrollo de políticas en defensa del medio ambiente.

Life-Seacolors está coordinado por Aitex, una asociación privada sin ánimo de lucro, integrada por empresas textiles y afines, cuyo trabajo se orienta a la mejora de la competitividad del sector. En el equipo de trabajo intervienen otros tres socios científicos: el Banco Español de Algas de la ULPGC que se encarga desde su sede en el Parque Científico Tecnológico de Taliarte de la búsqueda de microalgas; la empresa portuguesa AlgaPlus, que lleva la parte de macroalgas; y Asebio, una asociación de empresas de biotecnología española encargada de la divulgación científica.

Ya se está trabajando en la selección de algas que sintetizan y acumulan, bajo condiciones de cultivo, mayor concentración de los pigmentos de interés para la industria textil, y en la calidad del contenido de colorantes en algas a través de una mejoría de sus condiciones de crecimiento, y optimización de la cantidad de dicho colorante, utilizando para ello diferentes técnicas de extracción.

"Aquí se combinan dos cosas, por un lado el objetivo es ver si los pigmentos de origen vegetal marino, tanto de macro como de micro, encajan bien en las técnicas desarrolladas en la industria textil para la pigmentación de los tejidos; y por otro, hacerlo de forma sostenible y no contaminante", indicó Juan Luis Gómez Pinchetti, director científico del BEA e investigador principal del proyecto.

Además de generar, a una escala semi-industrial, diferentes tejidos tintados con los nuevos colorantes procedentes de macro y microalgas, a través de este proyecto también se pretende obtener una gama completa de colores, con posibilidad de aplicación a nivel industrial, cumpliendo las normas de calidad requeridas en los tejidos, reutilizando los residuos generados, reduciendo las emisiones de CO2 y mejorando la calidad de las aguas residuales generadas durante el proceso de tinción gracias al carácter biodegradable de estos colorantes.

"Vamos a recoger muestras de aguas residuales de la industria textil e investigar si hay ciertos tipos de cepas de microalgas que sean capaces de crecer en esas condiciones. Tratar las aguas residuales con microalgas podría ser una actividad muy interesante, igual que lo hemos hecho otras veces con aguas residuales de piscifactorías usando macroalgas, por ejemplo. Se trata de desarrollar un sistema de cultivo que se nutre con las aguas residuales y las algas se encargan de eliminar los nutrientes. De esta forma combinamos la búsqueda de los pigmentos para su aplicación en la industria textil, al tiempo que impulsamos que sea una actividad sostenible", apuntó.

La selección de cepas de microalgas será realizada entre las especies aisladas y cultivadas por los investigadores del Banco Español de Algas, procedentes de las bioprospecciones realizadas en ambientes acuáticos donde estos organismos tienen la capacidad de adaptar su composición en pigmentos para sobrevivir.

"Tenemos nuestra propia colección del BEA, con más de 1.500 cepas, donde vamos a buscar aquellas que sean capaces de crecer de forma importante, que se puedan cultivar bien de forma industrial, y que sean capaces de sintetizar y de acumular los pigmentos que a nosotros nos interesan", afirmó el investigador principal de este proyecto cuya periodicidad es de dos años.

Gómez Pinchetti anunció que dentro de las cianobacterias, ya hay una serie de cepas candidatas, "que producen ficocianina o ficoeritrina, pigmentos de color azul, rojo.. y dentro de las clorófitas (división de algas verdes) que acumulan carotenoides que son pigmentos de color naranjas o amarillos. Nos interesan mucho trabajar en ese rango de colores, los primarios".

Esta actividad científica se suma a los proyectos que tiene en marcha el BEA, en el ámbito energético, farmacológico..., como es el uso de compuestos bioactivos para elaborar antibióticos y fármacos con los que tratar el sida, el cáncer y el herpes. "Cuando hablamos del uso de las algas a niveles industriales, la tendencia es pensar en la gastronomía, el biodiesel o la cosmética, pero la realidad es que los límites a su utilización aún no podemos ni intuirlos", concluyó Bruno Berheide, gerente del Banco Español de Algas.