Si los desfiles de alta costura suelen cerrar con un traje de novia, Jean Paul Gaultier decidió ayer vestir de boda a todas sus modelos en la penúltima jornada de la Semana de la Moda de París. Puesto que uno de los objetivos de la alta moda es experimentar y resaltar el trabajo manual de los talleres, "¿por qué no detenerse en la boda y hacer trajes de novia?", se preguntó el modisto francés ante una nube de periodistas y cámaras que se agolparon en la pasarela tras el desfile. Este ejercicio le incitó a cuestionarse cómo sería una de estas prendas en la actualidad, dado que "puede ser muy romántica, con blanco, encaje, tul y velo, pero también algo muy diferente, más masculino". En esta búsqueda que defendió "todas las formas de matrimonio, de todas las edades y el número de veces que se quiera."