Todos los radares, tanto fijos como móviles, aplican desde ayer el mismo margen de tolerancia en los excesos de velocidad en las carreteras, del siete por ciento, y también desde ayer los incorporados en los coches de la Guardia Civil son totalmente visibles.

Los radares medirán de forma uniforme y aplicarán ese margen. Hasta ahora, existían diferencias en ese margen. Así, el detector se activará cuando se sobrepasan en 8 kilómetros por hora el límite de velocidad establecido, desde 30 a 90 kilómetros por hora, en tanto que se disparará cuando detecte una velocidad de 109 kilómetros por hora en un límite de 100, y cuando se percate de que se circula a 120 cuando el límite es 110.

Mientras, en los tramos limitados a un máximo de 120 km/h, saltará a 131, y también lo hará a 131 si finalmente se aprueba la propuesta de elevar el límite máximo de velocidad a 130 en algunos tramos de autovías y autopistas.

La directora general de Tráfico, María Seguí, ofreció ayer una sesión informativa para explicar los detalles de la nueva política de gestión de la velocidad, que incluye una serie de medidas cuyos resultados se evaluarán en un año. El objetivo: reducir la siniestralidad, sobre todo en las carreteras convencionales o secundarias, donde en 2014 murieron 892 personas.

En esa estrategia, que se aplicará en el territorio de la DGT -las vías interurbanas de todo el país salvo Cataluña y País Vasco, que tienen sus propias competencias-, este organismo ha previsto publicar en su página web los 1.200 tramos que cada mes serán objeto de una especial vigilancia en el control de velocidad, y ha adaptado los radares para que diferencien el tipo de vehículo que se sanciona.

La visibilidad de los radares fijos ya se podía consultar con anterioridad a las últimas medidas adoptadas por la Dirección General de Tráfico. En la página web de este departamento del Ministerio del Interior (www.dgt.es) se señalan once en la provincia de Las Palmas que se reparten en 7 en Gran Canaria (5 en la GC-1, en los puntos kilométricos 5.350, 15.100, 15.300, 42.203, y 56.654; y 2 en la GC-3, en los puntos 1.500 y 4.660).

Otros dos están localizados en Fuerteventura (ambos en la FV-2, en los puntos 0.574 y 1.285), mientras otros dos radares fijos están colocados en la vía de Lanzarote LZ-2 (puntos kilométricos 1.215 y el 1.928).

El coordinador de movilidad del Real Automóvil Club de España (RACE), Jorge Castellanos, afirmó ayer que "lo importante es que el radar, sea móvil o fijo, se ponga en un tramo de concentración de accidentes". La entidad valoró positivamente el anuncio de la DGT de modificar su política de ubicación de radares móviles, haciéndolos visibles y con el anuncio de su ubicación a través de su web.

A juicio de RACE, con este cambio "creemos que se ha atendido una de las demandas que veníamos solicitando desde hace tiempo, como es hacer de los radares constituyan herramientas de "concienciación y seguridad" y no de "recaudación".

La iniciativa de Tráfico supone, por un lado, incorporar la información sobre la ubicación de los radares móviles y su intención de localizarlos principalmente en tramos con un elevado índice de siniestralidad. Asimismo, se pretende dar a conocer a los conductores un conjunto de carreteras que presentan un importante nivel de accidentalidad..

"Quitar de las autopista y autovías los radares y llevarlos más a carreteras secundarias, que soportan el 40% del tráfico y registran el 80% de los fallecidos en los siniestros creemos que es una buena medida. Han de estar en donde tenemos el problema, no en las vías más seguras", razona Castellanos.

Para la entidad uno de los elementos claves para dar a conocer los tramos de riesgo al conductor es la publicación de los puntos de control, y por tanto, de las carreteras con más accidentalidad.

En este sentido, la publicación en la web de las zonas de ubicación de los radares puede resultar insuficiente, por lo que desde RACE considera que también se debería anunciar, en el propio tramo, el hecho de que hay un vehículo con radar móvil operando en la zona, lo que mejoraría la concienciación del usuario sobre su seguridad y la del resto de conductores.

Por su parte, José de la Fe, secretario de la Cooperativa de Productores Taxistas de Las Palmas coincidió ayer en que la visibilidad de los radares "disuade de ir más rápido, de soportar multas y, sobre todo, de que se produzcan accidentes". De la Fe recordó que los que están ubicados en la Avenida Marítima de la ciudad (a la altura del Centro Insular de Deportes; en el área del Real Club Náutico; la zona de los antiguos Juzgados y en las cercanías del Materno Infantil) realizan esa función pero que la reducción de la velocidad "afecta" a los profesionales del taxi.

"Estamos en un país en el que ya está bien de ocultar cosas", en opinión de José Antonio Hernández, directivo de la Asociación de Conductores Oficiales de Canarias, los profesionales que conducen los coches de políticos y autoridades. "Es positivo que se conozca el lugar de los radares. Hay muchas cosas que se pueden hacer para controlar la velocidad, más allá de sancionar con las multas".

Para el abogado José Luis Álamo Cuervo, especialista en accidentes de tráfico y reclamación de daños, "cualquier tipo de medida sobre el exceso de velocidad va a reducir los accidentes por que la mayoría son por esta causa. Y si los radares son más visibles, disuadirán. Puro sentido común". El especialista cree que "si no se ha hecho antes es por política. Antes hacía falta recaudar más pero en los últimos tiempos ha crecido la siniestralidad. Y esta sale mucho más cara".