El sosiego espiritual por el que se conoce a Arvo Pärt, protagonista de la próxima Carta Blanca de la Orquesta y Coro Nacional de España, llega a la última nota de esa reflexión sobre la muerte que es Cantus in Memoriam Benjamin Britten; pero sus temores, sin embargo, afloran cuando le llega el turno de hablar. "Mientras sonaba el Cantus, no podía dejar de pensar en Boris Nemtsov", ha dicho en referencia al líder opositor ruso asesinado a tiros hace unos días en Moscú, un hecho cuya autoría, "como sabe cualquier persona con dos dedos de frente", ha atribuido veladamente al presidente Vladimir Putin, del que sí ha dicho que es "un perturbado y un peligro para cualquier país".

El estonio Pärt, unos de los compositores vivos más influyentes de la actualidad a sus casi 80 años, ha comparado la "inteligente manipulación" emprendida por el mandatario ruso en su gobierno con aquella "verdad oficial" que existía en las escuelas de Estonia durante su infancia, a la que los niños se sobreponían con una versión propia del entorno, "una vía de escape".

Así ha explicado Pärt el influjo de aquellos años de opresión soviética en su particular concepción musical, la del "minimalismo sacro", que se nutre de una forma simplificada de los cantos gregorianos y polifónicos medievales, cuyo desarrollo le forzó a emigrar de su patria en 1980, acusado de poner en duda el principio de ateísmo imperante. Por aquel entonces, Pärt ya había compuesto el citado Cantus o Tabula rasa, dos de sus mayores hitos como compositor y, por lo tanto, piezas que no faltarán en el homenaje que, en las dos próximas semanas, le rendirá la Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE) con diversos actos, entre conciertos, encuentros y proyecciones.