El montaje teatral Me llamo Suleimán se estrena este fin de semana en el Teatro Guiniguada en un novedoso formato que recorre las múltiples etapas del viaje del inmigrante clandestino. Bajo la dirección de Mario Vega, la obra que impulsa Unahoramenos se basa en la novela homónima del escritor Antonio Lozano, que relata el doloroso periplo que emprende el joven Suleimán desde Malí hacia Canarias en búsqueda de una vida mejor. En el registro interpretativo, la actriz lanzaroteña Marta Viera se desdobla en escena para encarnar a los personajes principales, el maliense Suleimán y la policía Isabel, que hace las veces de narradora.
"Aunque he tratado el tema de la inmigración en novelas anteriores, en Me llamo Suleimán abordo por primera vez el viaje físico", explica Lozano, que contó con la ayuda de Vega "en la tijera" para adaptar el texto al lenguaje teatral. Ambos trabajaron juntos el año pasado en el montaje de El crimen de la perra Chona, también protagonizado por Marta Viera. "Conocer el viaje nos ayuda a comprender mejor los motivos de una persona para dejar atrás todo lo que tiene y dirigirse hacia un lugar donde, después de jugarse la vida, sabe que no va a ser bienvenido", explica el autor.
La versión teatral de Vega se apoya en un importante despliegue audiovisual, basado en más de 30.000 imágenes animadas diseñadas por un equipo de cuatro artistas bajo la dirección de Juan Carlos Cruz, que se proyectan sobre un muro de cartón como único decorado, a cargo de Elena Gonca. Según Vega, el muro simboliza a un tiempo la frontera que separa a África y Europa, las vallas de Ceuta y Melilla y, por último, el gran muro de maletas que señala el final del viaje de Suleimán.
Además, la representación estará arropada por la música del reconocido artista africano Salif Keita, que pone sonido a la arena del desierto y a la humareda que envuelve la travesía con un libreto musical compuesto por los temas Chérie S'En Va, Papa, Yamore, Folon, Iniagige y Souvent. La actriz Marta Viera, que afronta "un reto totalmente nuevo" como única actriz sobre las tablas, canta las dos primeras canciones en lengua bámbara, que preparó con la ayuda de un joven maliense llamado, precisamente, Suleimán. "También tuve que distanciarme personalmente de la obra porque es una historia muy dura y, sobre todo, muy real, en la que he querido darle toda esa esperanza y esa vida que tiene Suleimán, a pesar de todos los pesares", explica la actriz. También Mario Vega afirma que "en este espectáculo quisimos retratar, sobre todo, ese canto a la esperanza, a la lucha y a la búsqueda de un futuro mejor, a través del ejemplo de un niño maliense de 12 años como Suleimán".
Con todo, Amnistía Internacional apoya la difusión de la obra, con el objetivo de "difundir y sensibilizar sobre el drama de la inmigración y la necesidad de que se respeten los derechos humanos", según declaró ayer la representante de la organización, Dácil Galván.
