En el año 2014, los hospitales públicos de referencia del Servicio Canario de la Salud realizaron un total de 108 trasplantes renales, de los cuales 16 fueron de donante vivo. Del total de trasplantes, 68 se realizaron el Hospital Universitario de Canarias y 40 en el Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil, según datos aportados por la Consejería de Sanidad del Gobierno canario.

Los especialistas consideran que el trasplante renal es la mejor opción terapéutica para los pacientes con Insuficiencia Renal Crónica Avanzada ya que proporciona mejores resultados en términos de supervivencia y calidad de vida y, a largo plazo, también mejor relación coste-efectividad cuando lo comparamos a lo largo del tiempo con el tratamiento sustitutivo con diálisis.

El trasplante renal se inició en el HUC en 1981 convirtiéndose en uno de los programas más activos de todo el país con un incremento progresivo del número de trasplantes y una calidad ya consolidada y excepcional en sus resultados. El servicio de Nefrología del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria fue acreditado para realizar esta técnica a finales de 2006 y en mayo de 2007. Desde entonces, ya han realizado más de 150 trasplantes de riñón.

Ayer se celebró el Día Mundial del Riñón, una iniciativa del esfuerzo conjunto de la Sociedad Internacional de Nefrología y la Fundación Internacional Federal del Riñón. Su objetivo es alertar de la importancia de cuidar el buen funcionamiento de los riñones. ya que los especialistas consideran que un riñón enfermo se manifiesta en todo el organismo, aumentando en gran medida el riesgo de enfermedad cardiovascular, formando un círculo vicioso de causa y efecto con la hipertensión arterial.

El riñón tiene la misión de depurar el organismo. Ayuda a controlar la tensión arterial, a generar glóbulos rojos y a fortalecer los huesos. Las personas con leve insuficiencia renal tienen mayor predisposición a padecer una enfermedad renal o cardiovascular, lo que puede suponer una limitación de su calidad de vida a medio o largo plazo.

Se habla de insuficiencia renal cuando los riñones no pueden realizar sus funciones vitales debido a enfermedad o daño físico, y existen diversos factores que pueden perjudicar la función renal o facilitar la pérdida de unidades funcionales: hipertensión arterial mal controlada, diabetes, obesidad, abuso de sal en la dieta o empleo inadecuado de medicamentos (sobre todo antiinflamatorios), entre otros; de ahí la importancia de mantener hábitos de vida saludable.

La hipertensión arterial mal controlada, la diabetes, la obesidad, el abuso de sal o el empleo inadecuado de medicamentos, son algunos de los factores que perjudican la función renal. Pero, además, la insuficiencia renal es un factor de riesgo importante relacionado con la patología cardiovascular. La depuración insuficiente de la sangre acaba afectando a las arterias.