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Una semana para ingresar en planta

Una semana para ingresar en planta

Los pacientes que acuden a Urgencias del Hospital Insular y del Hospital Doctor Negrín llegan a pasar una semana en el servicio a la espera de ser ingresados en planta o trasladados a una clínica concertada. Así lo denunciaron ayer enfermeros de ambos centros hospitalarios que acudieron un día más a la protesta contra el colapso de Urgencias, celebrada en la puerta principal del Insular.

Los sanitarios relatan que la saturación es tal que los pacientes no tienen dignidad ni a la hora de fallecer. "Hace unos días murió un paciente y para sacarlo tuvimos que mover todas las camillas que lo rodeaban. Ni para morir tienen un poco de intimidad", recordó ayer una enfermera de Urgencias del Insular, servicio que permanece en huelga indefinida desde el pasado lunes.

A la presión asistencial y la falta de espacio en Urgencias se le une la escasez de material. Al no haber camillas suficientes, deben ubicar a los usuarios en sillas, incluso, los sanitarios deben levantar a las personas que ya se encuentran en las camillas si llegan otras en peor estado de salud. También escasea el material tecnológico que debe compartirse entre varios usuarios e, incluso, algo tan básico como los pañales.

Además, denuncian que no hay espacio y que deben ubicar a los pacientes "por donde pueden", ocupando salidas de emergencia o junto a los extintores de incendio. "Tenemos nuestra propia organización dentro del caos para poder sacar el servicio adelante", explica Cristina Díaz, portavoz del comité de huelga de Urgencias del Hospital Insular, que considera "indigna" la asistencia que se le está dando al paciente.

María del Carmen Gómez ha sufrido todas estas deficiencias en su propia piel. "Ni andar se puede por Urgencias, todo está lleno de camillas y de gente", comentó ayer esta usuaria del Insular que se sumó a las protestas. "No es digno ni para los pacientes ni para los trabajadores estar en estas circunstancias", añadió.

Durante su última visita a Urgencias, esta usuaria, con problemas del corazón, tuvo que esperar durante horas en una silla porque no había camillas disponibles. "Ves a los enfermeros corriendo de un lado a otro para atender a las personas con los pocos medios que tienen. No hay derecho que sucedan cosas así", expuso.

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