José Miguel Mulet Salort es profesor de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia e investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (Ibmcp). Entre sus publicaciones figuran los libros Comer sin miedo y Los productos naturales ¡vaya timo!, en referencia a los alimentos ecológicos.
¿Por qué dice que la comida natural es un timo?
Porque no existe. Toda la comida viene de milenios de selección que sin la mano del hombre no existiría. Por ejemplo, hace 20 años no se consumía el kiwi ni se cultivaba. Cuando se compran alimentos ecológicos, ¿qué se compra? Pues una marca que dice que se adecuan a la normativa europea de que sea natural, pero no es garantía de una mayor seguridad alimentaria. La misma semilla puede ser para un producto ecológico o no. La agricultura ecológica no tiene base científica.
Pero en los cultivos ecológicos no se utilizan productos químicos elaborados.
Sí, sólo se permiten productos químicos de origen natural, pero se permiten, por ejemplo, el alumbre (aluminio) la potasa y el cobre. En la naturaleza hay cosas buenas y malas y el sulfato de cobre, que es el más famoso, se utiliza como fungicida y es tremendamente contaminante, aunque lo están retirando. La rotenona es una sustancia de origen vegetal utilizada antiguamente como insecticida, y en 2007 se tuvo que retirar.
Antiguamente se cultivaba sin productos de síntesis.
Antiguamente la producción era menor y la gente pasaba hambre. El problema es que la población crece y lo que ocurre ahora es que la distribución no es buena. Pero la vida en el campo siempre ha sido pobre. Ahí están Los santos inocentes -la película de Mario Camus basada en la novela de Delibes-, donde se puede comprobar lo que estoy diciendo.
Pero se supone que si los alimentos ecológicos son tan caros es precisamente por los cuidados que requieren.
Son más caros porque los suelos se empobrecen y son poco eficientes, porque la planta necesita nitrógeno y fosfato que no se le da. Al no utilizar productos de síntesis, la producción es menor. Ésa es la razón real.
¿No son los intermediarios?
Los intermediarios los hay para todos los productos. Lo que ocurre es que lo ecológico es una marca de élite, para gente que tiene dinero.
Si no le gusta lo ecológico, ¿qué opina de que los productos lleven marcas de denominación de origen, de indicación geográfica protegida (IGP)?
Cada marca dice lo que dice. Algunas son puro marketing, y luego habría que hablar de la calidad. Por ejemplo, la Denominación de Origen es marketing, pero el sello define los requisitos que hay que cumplir para usarlo.
¿Vende más lo verde o lo ecológico?
En una tienda pueden tener kiwi ecológico y resulta que es de Nueva Zelanda, con lo cual, no me dice nada. Pero si dice que el kiwi es de España, no necesito saber más, porque me dice dónde se ha producido y eso ya da garantía de dónde procede, de sus parámetros de calidad y de que consumo un producto de proximidad.
Se liga la alimentación a la salud. ¿Sería una buena estrategia comercial?
Eso sería absurdo, porque no lo necesita y porque además no lo puede demostrar. Le recuerdo el caso de Danone. Tuvo muchos problemas con Actimel porque no tenía pruebas de que fuera para la salud lo que anunciaba, y le cayeron sanciones. Pero algunas regiones sí pueden decir que venden calidad y proximidad, porque es cierto.
Sus afirmaciones sobre los productos ecológicos levantan ampollas.
Sí, pero yo hablo de ciencia y trabajo con los alimentos y la mayoría de la información que se da no es cierta. Y además me dedico a divulgar ciencia y a hablar de alimentación y de medicina, y veo lo que hay de cierto y de falso y tengo que decirlo. La gente asume como ciertas cosas que no lo son y que los estudios así lo demuestran.
¿Qué opina de medicinas alternativas, como la homeopatía?
Si funcionara no sería alternativa, sería medicina, y los tratamientos que funcionan están en los hospitales y en las farmacias.
Pues los productos que se venden en los establecimientos especializados no son baratos.
Son muy caros, porque las personas no escatiman en dinero cuando se trata de la salud, que es el bien más preciado. Y en esta sociedad se relaciona lo caro con lo bueno. Pero la mayoría de los medicamentos oficiales cuando pasa el tiempo son baratos. Ahí tiene la aspirina, cuya patente está caducada desde hace muchos años, es muy barata y da unos resultados estupendos.
Casi no me atrevo a preguntarle por las herboristerías.
¿Qué estudios tienen los herboristas? ¿Usted deja que le aconseje sobre su salud su frutera? Pues es lo mismo.
